Rivera, viernes 11 de octubre de 2024

Preguntas radicales

Son pocos los educadores que en nuestra frontera sistematizan su trabajo pedagógico y van formulando teoría a partir de la práctica docente. Pero hay. A través de las redes sociales, pude sorprenderme de la potencia reflexiva del profesor de filosofía Mauricio Lima en el espacio de encuentro, que debe ser cada clase, con estudiantes de cuarto año del liceo, que nos asombran por su capacidad de trabucar lo ordinario en extraordinario, de las rutinas del cotidiano en preguntas que descubren la punta del velo de su mundo: en sus pasiones, sus deseos, sus tristezas y sus virtudes. La curiosidad del estudiante, a veces, puede conmover la certeza del profesor y sacarlo de su cómoda situación de profesar el conocimiento “sobre” el alumno. Nuestro tema no es la burocratización de las preguntas, sino reconocer la existencia como un acto de preguntar y preguntarse. Hay una radicalidad en la existencia, que es la radicalidad del acto de preguntar. Cuando una persona pierde la capacidad de asombro, se burocratiza, se burrocratiza. Los y las invito con Mauri y sus estudiantes, a adentrarse en el relato de las preguntas radicales, de las que van a la raíz.
“Relato Pedagógico Nº 4.
La pregunta abrecaminos.
Tradicionalmente los docentes somos personas que ofrecen respuestas. Se nos asigna el rol de transmisores, es decir, de proyectores de saberes fundados y fundidos, intocables e incuestionables, meras rocas lapidarias del conocimiento, que impenetrables e inmutables trascienden todos los tiempos, e invaden todas las fronteras.
Afortunadamente, la filosofía viene a proponernos una alternativa, un espacio de fuga, un llamado a la vida, un hacer pensar desde la pregunta. La pregunta abre lo que la respuesta cierra, la pregunta es la duda, la respuesta es la certeza, la pregunta es el camino, la respuesta es el destino, la respuesta es lo absoluto, la pregunta la incertidumbre… Por ello es importante una pedagogía de la pregunta, para evitar los dogmatismos, para desmecanizar la mente, para evitar la reproducción enajenada de supuestos saberes inapelables.
Preguntar para pensar, preguntar para movilizar, preguntar para investigar, preguntar para encontrar, y seguir caminando.
En esta introducción al quehacer filosófico, junto a los estudiantes de cuarto año trabajamos cuatro tipos de preguntas filosóficas. Estas fueron los tipos de pregunta por la esencia, es decir, por aquello que hace único a algo, lo que permite distinción; también por el sentido, o lo que fundamenta, o sea que el conjunto de razones; se suma la finalidad, o lo que se pretende como horizonte, o lo que es lo mismo, hacia donde nos dirigimos; y así mismo el valor, o lo que hace que importe, así como el significado profundo de su ausencia…
Unido al abordaje del contenido “Problemas Filosóficos”, los estudiantes realizaron en el proceso un trabajo individual en el hogar, con carga de profundidad creativo/productiva/reflexiva superior. Y dos trabajos en duplas en clase, considerando la aplicación de las actitudes de la duda y la curiosidad.
En el caso del trabajo individual, debían, partiendo de una situación problemática personal, llegar mediante la reflexión y la indagación a un problema filosófico de fondo, fundamentarlo, y luego producir al menos una pregunta de cada tipo de pregunta filosófica de las mencionadas, y finalmente, realizar una reflexión sobre el valor del pensar de forma filosófica en sus vidas cotidianas.
En el caso de las actividades de aula, en la vinculada a la duda, cada estudiante escribía un par de afirmaciones de seguridades de las cuales no dudara en absoluto. Luego de forma grupal veíamos qué posibles investigaciones filosóficas se podían proponer de ellas. Finalmente, en parejas, se proponía la elección de una de las 4 afirmaciones de la dupla, y se formulaba a continuación preguntas filosóficas que se desprendieran y fueran profundizando el abordaje de las cuestiones que se podían desprender de dichas afirmaciones. Por su parte, en la propuesta de la curiosidad, también en duplas, una persona preguntaba y la otra respondía, y a cada respuesta se le sumaba una nueva pregunta que también profundizara problematizando el contenido de la respuesta, y así por cuatro veces, registrándose de forma escrita tanto las preguntas como las respuestas. Luego se invertían los roles de quien preguntaba y de quien respondía.
Los resultados fueron muy fructíferos, la capacidad de los estudiantes de elaborar preguntas que abran la reflexión es sin dudas muy potente, y merecen encontrar un asidero en el aula donde poder expresarse y recibir repercusión. Pienso que motivarles a hacerlo es una clave importantísima para seguir desarrollando estudiantes más críticos, más creativos, más problematizadores, más protagonistas de sus procesos educativos, más sentipensantes…
Es importante provocar la curiosidad y la duda, y no sólo en los lugares comunes donde es habitual hacerlo, sino donde quien gobierna es la obviedad, ahí donde comúnmente nadie se cuestiona. “Rascarse donde no pica” en palabras de Rorty, y que insiste Sztajnszrajber. Es allí donde el sentido cobra sentido, el valor valor, y bueno, la esencia y finalidad la misma cosa… porque la filosofía no solo se aplica a la vida, sino que nace de ella, está en ella, se mira al espejo y se interpela. El humano se hace humano cuando se ve reflejado en los demás, la filosofía cuando interroga eso que ve, cuando pregunta por lo que no ve, cuando busca más allá de lo que está y lo que no está, cuando se hace transparente, y encuentra lo trascendente insertado en lo inmanente.
De las tres actividades, seleccioné 30 preguntas que quise destacar. Pueden hacerse (y compartir/sentipensar con otres) una cada día del mes, y si el mes tiene 31, entonces pueden formularse una nueva pregunta más…
Les estudiantes de cuarto año les dan la bienvenida, al maravilloso mundo del preguntar…
¿Para quién nos vestimos? ¿Qué es realmente la belleza? ¿Cuál es la importancia de ser considerado lindo en la sociedad actual? ¿Los insultos de las personas nos afectan menos si aceptamos y amamos nuestro cuerpo sin importar nuestro peso? ¿En dónde termina lo normal, y dónde comienza lo anormal? ¿Está mal no ser normal? ¿Por qué sentimos esa necesidad de etiquetarnos? ¿Harías todo por encajar? ¿Todos tenemos la misma libertad? ¿Qué buscamos al ser libres? ¿Vivimos para morir, o morimos por vivir? ¿Por qué las personas se preocupan cuando estás muerto, y no cuando estás vivo? ¿Es lo mismo vivir que estar vivo? ¿Estamos vivos o solamente es una simulación? ¿Sabemos vivir? ¿Cuál es la manera correcta de enseñar? ¿Por qué dejo que un número me afecte tanto? ¿Cómo me va a afectar a largo plazo el hecho de que necesito una validación ajena para sentir que puedo hacer algo? ¿La inteligencia lo es todo? ¿Cuál es el sentido de sentir? ¿Crees que se puede ser feliz en soledad? ¿Por qué está bien visto mostrar solamente tu lado feliz? ¿Qué estamos soportando? ¿Cómo sabemos que existe la verdad? ¿Por qué hay diferentes clases sociales? ¿Cuál es el sentido de tener hijos? ¿Para qué necesitamos el pensamiento lógico en un mundo ilógico? ¿Cuál es el sentido de vivir toda una vida, como un esclavo del sistema, si al final no hay nada? ¿Cuándo una persona es sana? ¿Somos mejores de lo que éramos antes?
Mauricio Lima (Mauri Movimiento) Junio, 2022”.

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