Rivera, martes 21 de mayo de 2024

Desembarco con Naranjas y con Gamboa

“¡Yo soy más, mucho más de Rivera que el Cerro del Marco! (…)
Yo sé cantar terços y lo mismo pasar contrabando (…)”

– Riverense, de Olyntho María Simoes

El viernes 14 de abril desembarcaron 9 fronterizos de Riveramento, en la ínsula literaria de Fundación Mario Benedetti, Montevideo.
Extrajimos de nuestras mochilas, palabras, portuñoles, imágenes, “feitisos” y fronteras, “tiyolos” y potencias, y tal vez “alguma” “cayasa”. ¡Ah sí!, además llevamos naranjas (de verdad, no figuradas). Me hubiera gustado entrar en la sala Benedetti con una “melancía”, pero fui desalentado por los demás fronterizos y la realidad de las fruterías de Montevideo.
Me inspiré en el maravilloso poema de Bissio “en verano carretas de sandía y en invierno camiones de naranjas”. Tres. Tres naranjas junto al agua que llevamos de una de las pocas bicas, para componer nuestra escenografía.
Se hicieron presentes, de forma presencial y virtual: Alejandra Rivero (Profesora magister, Investigadora), Thomáz Albornoz Neves (Poeta, Traductor, Editor), Celina Hamilton (Escritora, Académica), Pablo Barrios (Poeta, Docente), Raphael Ficher (Escritor, Docente), David Benavidez (Poeta, Actor, Músico), Carolina Ramos (Escritora, Artista Plástica), Verónica Loss (Escritora, Gestora Cultural, Actriz) y Michel Croz (Poeta, Dramaturgo, Curador).
Llegamos a Montevideo gracias a la financiación y apoyo del Instituto Nacional de Letras (DNC-MEC), Fundación Mario Benedetti, Calle Brasil Cultural (Rivera), Sociedad Uruguaya de Médicos Escritores, División Cultura y la intendencia de Rivera y un pasaje de Turil.
Fue un encuentro potente, divertido y combativo. Martín Palacio Gamboa, poeta, pensador de la cultura y escritor del semanario Brecha, reseñó el evento con claros y contundentes conceptos:
“Ayer, en la Fundación Mario Benedetti, se dio el encuentro de escritores de la frontera riverense. Hablo de David Benavídez, Verónica Loss, Carolina Ramos, Alejandra Rivero y Michel Croz. Entre videos de otros autores que no pudieron asistir y las lecturas y los análisis de los que sí vinieron, se dio un excelente diálogo sobre lo que implica el ser un escritor de frontera, cuáles son los aspectos históricos y locales que inciden en los procesos de creación.
Por mi parte, he observado que una de las preguntas más frecuentes que un escritor de frontera debe soportar en las entrevistas realizadas por los montevideanos entra en un tópico que puede albergar sorpresa y estigmatización al mismo tiempo: “¿Por qué escribe usted en portuñol?”. Las respuestas pueden ir desde lo irónico a lo serio. De un modo análogo, recordé la respuesta de Gabriel Aresti, un escritor vasco, a la pregunta del entonces Secretario de Cultura y Turismo que le entregaba un premio: “¿Y usted señor Aresti, por qué escribe en euskara, si escribiendo en castellano podría tener un público más amplio?”. La respuesta, que me hizo pensar en el humor del vascaje familiar mío, fue: “Si sólo quisiera público, escribiría en chino”. Pero no todos podemos tener ese tipo de salida y debemos conceder que la decisión de escribir en una lengua depende de factores diversos que no pueden obviar la evidencia de que la literatura es un sistema social, y el escritor que decide escribir en una lengua minorizada decide integrase en un sistema literario que forma parte del capital simbólico de una sociedad y que se encuadra dentro de un sistema de sistemas.
Pero la pregunta puede hacerse desde otro punto de vista: ¿elegir una lengua y, consecuentemente, la integración en un sistema literario y en un sistema simbólico con sus ventajas y desventajas, tiene consecuencias en la propia escritura del creador literario?
Durante los últimos años, los escritores en portuñol han venido defendiendo que daba lo mismo escoger una lengua de creación u otra, que la lengua de creación elegida no tiene consecuencias en el producto estético final. Desde luego, la existencia de otro tópico que se extiende desde la lengua mayoritaria y que puede describirse burdamente en la fórmula “el portuñol no es capaz de crear grandes obras literarias, porque su cultivo ha sido fundamentalmente oral”, tiene ramificaciones amplias y conocidas: no puede explicarse física en portuñol, el portuñol no es apto para explicar informática y un largo etcétera que marcaría una frontera, ya no geográfica sino de prejuicios, entre la lengua dominante y la dominada (planteos similares se pueden escuchar de parte de Ida Vitale y sus ideas de fuerte raigambre falangista respecto al porqué tiene que predominar el español).
Por ello, ya que se puede explicar informática y física en portuñol, los escritores afirman también que la lengua es apta para una creación literaria que no quede circunscrito a lo meramente folklórico-identitario. El caso de Fabián Severo y su llegada masiva -Hoski lo definió ayer con precisión como un “fenómeno pop”- muestra que esa literatura también puede entrar en las lógicas culturales del intercambio global”.

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