Rivera, viernes 25 de julio de 2025

La muerte no significa, dignifica

I
En algunos casos es así. El doctor Toriani le dio otro significado a la experiencia con la Parca. Mejor dicho, otro “dignificado”. Nunca fui su amigo, ni correligionario, ni me atendí con él. Nunca fue necesario. Sin embargo, coincidimos en el Hospital (tal vez, su verdadera casa, habitada por gente fragilizada y por sus cuidadores). Toriani como director, yo como tallerista de teatro en la Sala de Psiquiatría y en el Taller de Rehabilitación junto a la del corazón gigante, Elena Fervenza. Era el tiempo (si no me equivoco) de la doctora Nélida Higgie, o tal vez, de la doctora Carmen Montiel, dos potencias en su profesión y de fina sensibilidad (lo que hoy le dicen “empatía”).

II
Recojo al azar, algunas manifestaciones de dolor y amor, por el cierre del telón, para Andrés Toriani:
La primera: La gente, como en un rosario extendido, en el frente del Hospital aplaudiendo con vigor el cortejo fúnebre que llevaba los restos de Toriani. Esa imagen recorre las redes sociales, como un verdadero testimonio, de que no fue en vano su pasaje por esta vida.
La segunda: “Mi más sentido pésame a familiares y amigos del DR. ANDRÉS TORIANI. Así, con mayúsculas. Como deben escribirse los nombres de quienes dejaron un legajo cargado de hitos”. Del doctor, amigo y escritor: Bernardo Hochmann.
La tercera: “(…) Andrés fue un tipo “increíble (…)”, afirma el dirigente político, del Frontera y la Cuaró, amigo y escritor, Betito Araújo. “(…) porque de arriba abajo, de la superficie al fondo, Andrés era un tipo increíble (…)”, “(…) desde su ascensión revolucionaria, hasta su ocaso mesiánico, su redención victoriosa, y el vapuleo de la mediocridad que pretendió ‘redotarlo’”.
Y finalmente, la cuarta: Escribe Valeria Riera, amiga entrañable de Toriani y ex funcionaria del Hospital, mano derecha del director, del “jefe” o del “capitán”: “(…) Los amigos de Rivera dicen: «el día que lo echaron comenzaron a matarlo». Pues no pudieron. Él los venció. Volvió al hospital luego de recuperar la banca de diputados de Rivera para el Frente Amplio. A puro voto (…)” Y reitera un significativo chat en Facebook del día 24/08/2017: “¡Oh Capitán, Mi Capitán! (Walt Whitman). Una canallada bien importante es la que ha perpetrado el Frente Amplio con el director del Hospital de Rivera (…)” y continúa Valeria, blandiendo la espada de la verdad, filosa, como debe ser: “Por supuesto que la canallada es pergeñada, como casi siempre en estos casos, por grupetes que buscan enriquecerse y ante quienes se paró Toriani con la entereza que yo siempre supe que tiene. Pero la decisión final es de los sectores políticos que gobiernan, de la mediocridad de sus cuadros políticos que no le llegan ni a los talones a tipos como Andrés”.

III
Mi último encuentro con Andrés Toriani, fue en la Plaza Flores, cuando de la última venida del Pepe Mujica. Esa tardecita le hice una entrevista, para un boletín político de la 99, que estaba editando. Como siempre, fue muy claro y contundente, sobre todo, cuando se refería al proyecto de una salud binacional. Sin duda se sentirá su falta. Principalmente para los “descamisados”, los populares, la bagacera, los de las chinelas havaianas, o la “población vulnerable” (otro recurso lingüístico más fashion, para decir lo mismo). Ahora, quienes tomen la antorcha, deberán mantenerla vertical y encendida, dignamente, como querría el alumbrado Andrés Toriani.

Deja un comentario