Dirigente sindical considera cierre de planta de Conaprole como “una amenaza para el interior”

El dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), Enrique Méndez, ha expresado su profunda preocupación por el inminente cierre de la planta 14 de Conaprole en Rivera. Méndez califica la decisión como “irresponsable y una amenaza para el interior”, argumentando que profundiza la desindustrialización pese a la alta rentabilidad de la empresa.
El cierre de la planta de Rivera, programado para el 31 de octubre, es visto por la FTIL como una decisión política de Conaprole para concentrar su producción en el sur del país. Esto, según Méndez, “afecta empleos de calidad y el desarrollo territorial”. Aunque Conaprole no despide a sus trabajadores de Rivera, los “obliga a una mudanza psicosocial”, es decir, a trasladarse 400 kilómetros, dejando atrás su vida en Rivera, señaló Méndez, y enfatizó que “eso también es una irresponsabilidad empresarial con las familias y con toda la sociedad del departamento”.
A pesar de que la planta de Rivera es rentable, Conaprole argumenta pérdidas futuras en dos o tres años para justificar el cierre, dijo Méndez, que criticó esta postura, afirmando que “esto es una definición política de la empresa”. El dirigente sindical exigió al Poder Ejecutivo una postura clara para “marcar una política industrial y exigir mayor compromiso social a una empresa que nació por ley, con apoyo estatal, y que sigue recibiendo respaldo público”.
La planta de Rivera, que Conaprole adquirió en los años ‘80, redujo su producción gradualmente, señaló, pasando de elaborar queso y manteca a concentrarse en la leche fresca en bolsita, accesible para la población de menor poder adquisitivo. Hoy, las políticas empresariales desalientan la venta de la leche en bolsa, y la producción de leche en bolsita, que históricamente se distribuía en varios puntos del país, ahora se concentra en el sur, lo que lamenta Méndez, ya que “Rivera apenas procesa 20 mil litros, pero si no los procesa, todo termina viniendo a Montevideo”.
Los trabajadores presentaron propuestas concretas para reducir los costos operativos en Rivera, incluyendo incentivos estatales para sostener la producción en zonas de frontera y políticas específicas para estas regiones. La FTIL se reunió con la Ministra de Industria, Energía y Minería, María Fernanda Cardona, quien se mostró preocupada y se comprometió a reunirse con Conaprole.
El cierre de la planta de Rivera se suma a otros cierres de plantas lácteas en el interior del país, como la de Salto de Lactalis Parmalat. Méndez insiste en que “no estamos ante una crisis del sector lácteo”, sino ante “empresas fuertes, con gran respaldo económico, que deciden centralizar la producción, eliminando trabajo y desarrollo en los Departamentos. Es una decisión política”.
Ante esta situación, la FTIL reclama una Ley de Lechería que impulse un desarrollo territorialmente equilibrado, promueva la generación de cuencas productivas en el interior y garantice tierras accesibles para los pequeños productores. Méndez subrayó la importancia del Instituto Nacional de Colonización para facilitar el acceso a la tierra, pero advirtió que debe ser para pequeños productores familiares, no para los grandes que ya concentran la producción.
En la jornada de ayer, lunes 7 de julio, se llevó a cabo una asamblea general en Rivera con los trabajadores afectados. El próximo jueves 10 de julio, se realizará en Rivera el Consejo Nacional de Delegados de trabajadores de Conaprole y una actividad con fuerzas vivas del Departamento, autoridades y legisladores, buscando “un consenso departamental en defensa de los puestos de trabajo, en defensa de la industria y por el ‘No al cierre de la Planta 14 de Conaprole’”.