Rivera, miércoles 27 de noviembre de 2024

La psicóloga Silvana Giachero presentó en Rivera su libro sobre “Bullying & Mobbing”

(Por Rosa Dutra) El pasado sábado, la psicóloga Silvana Giachero presentó su libro sobre “Bullying & Mobbing: Haciendo visible lo invisible”. La presentación se realizó en el Hotel Frontier y fue organizada por la Comisión de Género de la Intendencia, su representante Adriana Karina Navarro, la Dirección de Cultura a través de su director, Alex Alvez, el diputado Gerardo Amarilla y Luis Lisboa.
Previo a la misma, NORTE dialogó con la autora para que nos brindara detalles del libro que allí presentaría. Manifestó que ya había realizado la presentación en otros lugares del país. Con respecto al contenido del libro, dijo que por primera vez lograba juntar en él los dos flagelos: el bullying y el mobbing. El primero es el hostigamiento psicológico dentro de los centros de estudio y el segundo trata del hostigamiento psicológico dentro de los ámbitos laborales. La idea es “hacer visible lo invisible”, ya que “al ser una violencia solapada, naturalizada, la gente se acostumbra a hablar mal de otras personas, hacerles el vacío, a burlarse”.
Lo que pretende es juntar ambas dinámicas y mostrar los puntos que tienen en común, cómo funcionan y a su vez profundizar en lo que es el bullying y el mobbing, cuáles son los síntomas que se pueden ver y qué hay que hacer y qué no hay que hacer frente a esta situación.
Los síntomas que se visualizan en niños que sufren bullying “comienzan con pesadillas, se despiertan de madrugada, no pueden dormir, los ojos empiezan a ‘apagarse’, poco a poco pierden la alegría, bajan sus notas escolares, se niegan concurrir al centro de estudios, les duele la panza, los domingos de noche hacen fiebre o se enferman de algo, les duele la cabeza y la panza en el local de estudios para que los vayan a buscar, se le pierden los útiles porque se los roban o los rompen, llegan a sus casas con la túnica rota, pierden poco a poco a sus amigos, les hacen el vacío, no se integran a grupos para trabajar, se niegan a realizar actividades extra curriculares”.
La psicóloga Giachero siempre advierte a los padres que “si un chico no quiere ir a estudiar, algo está sucediendo. De cada cinco suicidios adolescentes en Uruguay, uno es por bullying. En todo el mundo, doscientos mil chicos por año se suicidan por bullying. Para el año 2025 se calcula que llegarán a suicidarse ochocientos cincuenta mil niños por el mismo motivo, si no se comienza a trabajar en prevención”, afirmó la entrevistada. “Por este motivo hay que estar muy atentos porque solo dos de cada diez lo cuentan. Otros no lo hacen porque sienten mucho miedo de que los culpen, tienen miedo a las represalias, o miedo a que los padres compliquen más la situación y los dejen en evidencia”.
Agregó que “como en los centros de estudio aún no existen herramientas para intervenir, se terminan cometiendo errores, como enfrentar a las partes o de hacer una charla en la clase y dejar expuesta la situación del niño que sufre de bullying. Es por ello que este libro viene a mostrar y hacer visible el problema y además brindar herramientas para combatir este mal. Una de ellas es la sensibilización, que pasa por la capacitación”.
“Hay que trabajar en el bullying, brindar capacitación a todos los docentes, a todo el personal administrativo y no administrativo de los centros de estudio -continuó-, realizando talleres y jornadas permanentemente con los chicos, trabajando con ellos en la sensibilización, en quitarles el miedo, en romper el pacto de silencio que ellos generan a su alrededor. Hay que trabajar en forma repetitiva y sistemática entre los 11 y los 15 años, que son las edades donde más casos se dan, porque hay mayor vulnerabilidad. Lo principal es poner el problema en el tapete, darle visibilidad, sensibilizar y concientizar sobre el tema y sancionar esas conductas, no alimentarlas ni justificarlas”.

EL MOBBING
El mobbing presenta los mismos síntomas del bullying; es una violencia repetitiva, sistemática, “es una violencia en cuotas y no existe víctima resistente”. El adulto que sufre este mal comienza con trastornos en el sueño, que es parte del estrés postraumático. No puede dormirse, está todo el tiempo pensando que le sucederá al otro día. Es obsesivo y se despierta a las 3 o 4 de la mañana pensando otra vez en el tema.
Comienza a tener dolores de cabeza, dolores articulares, comienza a tener alergias, le bajan las defensas, muchos desarrollan fibromialgia, comienzan con las primeras crisis de pánico dentro del trabajo. Luego se agudizan cuando llegan al trabajo, cuando están saliendo de su casa, cuando piensan que deben ir a trabajar.
Todos estos síntomas determinan que la persona vaya a consultar a un psiquiatra, que no le diagnostica un estrés postraumático porque muchos no saben de estas dinámicas. Le diagnostican depresión, trastornos de adaptación en el trabajo. “Ese diagnóstico psiquiátrico se convierte en lapidario -expresó- y a raíz de ese diagnóstico se justifica la violencia”.
La profesional explicó cómo se debe trabajar para la recuperación del daño: “hay un abordaje terapéutico como el conductismo, el psicoanálisis, el EMDR, que es el abordaje terapéutico más ‘joven’. Es el que más investigaciones y validación científica tiene y es recomendado por la OMS como terapia de primera línea para el estrés postraumático”.
“Como la violencia sistemática es repetitiva, llegará un momento que generará el estrés postraumático en la persona; es una herida en el aparato psíquico que se puede visualizar con imagenología, porque genera cambios en el hipocampo y en la ínsula. Es una investigación que están haciendo ahora para demostrar y materializar el daño en casos de mobbing y bullying y avanzar en darle visibilidad”.
“Con la terapia de EMDR, que es corta, se trata de activar el sistema de procesamiento natural que se tiene durante el sueño REM, donde se reprocesa la información, se activa ese sistema para ayudar al cerebro para que digiera la información traumática y la convierta en aprendizaje. Es así que la persona se recupera, termina en darse cuenta que no hizo nada para merecer ese daño, que no es culpable de lo que pasó y es ahí donde se cura y puede comenzar a tomar decisiones de lo que quiere hacer con su vida”.
La entrevistada nos habló de sus proyectos futuros. Luego de estas presentaciones comenzará a trabajar con víctimas de estrés postraumático a nivel grupal, aplicando el protocolo también a nivel grupal para llegar a más personas. Piensa armar una clínica, una escuela de capacitación con sede en Montevideo. También comenzó a escribir otro libro, donde da visibilidad a la violencia psicológica en todos los ámbitos de la vida.

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