Se cierran tres escuelas de la zona rural del Departamento de Rivera
Cuando se cierra una escuela ya se ha cumplido un protocolo para documentar que en la zona no hay niños ni familias jóvenes o en edad de procrear. Si una familia se muda a la zona y tiene un niño en edad escolar, de inmediato se asigna un maestro a la escuela el que deberá atender a ese niño. Es evidente que no hay niños pues las familias han emigrado, o quizás peor: “los que quedan son personas mayores”.
Al ser consultado sobre la situación el Inspector dijo: “No se cierra una escuela por cerrase, se cumple toda una normativa. A nosotros nos duela mucho tener que cerrar una escuela rural. Lleva un largo proceso, siempre se espera a que lleguen familias, que venga alguien a trabajar en alguna estancia, en algún establecimiento y, en esos momentos, lo último que se hace es el censo policial. Antes de determinar el cierre se convoca a la población, al vecindario. De haber algún niño en edad escolar la escuela no se cierra. Pero ya sabemos a través del censo que no hay niños en esas zonas”.
El Inspector Departamental de Enseñanza Primaria subraya: “Los edificios de esas escuelas siguen siendo propiedad de Primaria, por lo tanto en el momento que llegue un niño a esa zona la escuela se reabre”.
¿POR QUÉ SE VAN?
La pregunta surge naturalmente y surgen varias respuestas, la mayoría de ellas se refieren a situaciones puntuales, cuando las sintetizamos, surgen adjetivos como éxodo, tenencia de la tierra, falta de oportunidades, entre otras.
Para el Inspector José Luis Lima: “los padres que tienen niños en edad escolar se ha ido a trabajar a otros lugares. Por ejemplo el caso de la Escuela 119, la única familia que había se fue para la ciudad de Melo. Es la deserción que se está produciendo en la campaña. Queda gente mayor, gente que no tiene nietos a su cargo, que sus hijos ya han estudiado en esa escuela y se ha ido a otro lugar, formando otra familia. Es lo que nosotros llamamos el éxodo rural a la ciudad”.
LA TENENCIA DE LA TIERRA
Es el común denominador en los caso de las tres escuelas que cierran. En la Escuela Nº 118, en Costas de Laureles “la escuela casi no se ve, está rodeada de árboles”, contaron a NORTE funcionarios de UTE que trabajan en electrificación rural.
Allí, prácticamente toda la tierra es propiedad de empresa forestales, no hay pequeños productores, no hay producción familiar. En la Escuela Nº 119 de Palmito, en la zona se han instalado empresas que le dedica grandes extensiones al cultivo de granos, especialmente soja, prácticamente no hay pequeños productores. Situación similar en le Escuela Nº 151 de Nueva Orden.
Sin embargo la atención a los moradores en las zonas rurales se ha incrementado en los últimos años. Acciones que se desarrollan desde organismos del estado, desde las intendencias suceden con frecuencia.
La electricidad ya está en casi toda la campaña del país. La atención a la salud se destaca, en departamentos como rivera con la participación de la Intendencia con rondas médicas a lugares del interior profundo, entre otras acciones comprendidas en varios programas de ministerios como el MIDES, MGAP y también de la OPP. Se ha llegado con apoyo crediticio a pequeños productores, con apoyo técnico. Sigue siendo la tenencia de la tierra, el principal problema.
En la fotografía, la Escuela Rural Nº 103 de Sierras de Areicuá, donde quedan solamente dos alumnos.