Rivera, domingo 30 de junio de 2024

Lavalleja Atlético Club: 113 años de fútbol, pasión y orgullo

Una institución deportiva riverense llega a los ciento trece años. El Lavalleja Atlético Club festeja hoy, sus primeros 113 años de vida al servicio del deporte riverense. La visión de los que impulsaron el club y nunca pensaron en esta instancia.
Ya es parte de la historia misma de una ciudad, de un país y están cargados de recuerdos, de buenos y malos momentos pero que siempre es importante recordarlos.
Campeonatos ganados, algunos perdidos en forma increíble, logros que están por encima de los títulos, la adquisición del predio, el esfuerzo por mejorarlo, todo ello forma parte de los pequeños aportes de una institución a la sociedad.
Los comienzos, los que pusieron los cimientos, su historia, sus personajes, sus directivos, sus jugadores, las razones de su nombre, el debut en una cancha de fútbol, su primera integración, los primeros triunfos, sus emblemas, la primera bandera, la antorcha, el Himno con letra de Don Lalo Mendonça, el surgimiento del “chajá” como mascota,
El maestro Edilberto Cottens Espinoza, vinculado desde la cuna al club albinegro, integró las comisiones directivas, ha sido un valor fundamental para a recopilación de todo el material que hoy podemos disfrutar acerca de la vida deportiva e institucional del decano del fútbol riverense.
Nunca cesó en la búsqueda de materiales que le permitieran concretar un viejo anhelo, un libro donde se contara la historia documentada del club. Es el maestro Edilberto Cottens quien aportó todos los detalles estadísticos desde la época del Lavalleja Athletic Club, desde sus orígenes en el lejano 19 de abril de 1908.

HISTORIA

“El decano del fútbol riverense, tiene sus orígenes en setiembre de 1906 en el patio de la escuela de varones Nº 1, que por ese entonces estaba ubicado en la manzana comprendida por las calles Ituzaingó, José E. Rodó, Joaquín Suárez y Florencio Sánchez.
Su Director Romeo Muniz y el Maestro Andrés Saavedra, utilizaron una parte del predio sobre la esquina de Rodó y J. Suárez, y allí marcaron una pequeña cancha, donde se comenzaron a disputar fogosos campeonatos internos.
Entre los clubes que más se destacaban estaban Lavalleja y Artigas.
Al año siguiente, los hermanos Arístides, Servando y Arturo Cardeillac, junto a Hugo Barros, Vicente ‘Tito’ Arregui, César y Severo Alamón, Eduardo Carballo, Andrés Saavedra, Pedro y Gumersindo Gil, Juan, Rafael y César Fernández, Armando Mattos, Ramón y Pedro Camps, Jaime Pedragoza y otros tantos, fueron dándole forma al cuadro y lo insertaron a los ‘Baldíos’ de la ‘Villa’, e iniciaron de esa manera, una cruzada deportiva que tuvo en el fútbol su epicentro, y a través de él, expresaron un sentimiento e ideal de vida que rápidamente se proyectó a la creciente población existente, que lo aceptó y lo acogió con cariño.
Este vital movimiento juvenil, inspiró al dinámico empleado de comercio Ernesto Barilari, quien a través de las páginas del periódico local ‘La France’ -el más importante medio de prensa escrita de todo el interior uruguayo- impulsó en febrero de 1908 la fundación de una Liga de Fútbol Regional e Internacional con Sede en Rivera.
Si bien, el intento inicial no se pudo consolidar por no contarse aún con equipos preparados para competir, el intento no fue en vano, ya que se constituyó en un gran disparador organizativo.
Durante el mes de marzo, aquellos jóvenes escolares de 1906, a los que se le sumaron Atilio Paiva Olivera, Luis Pedro y Lorenzo Irigoyen, Enrique Lapido, César Oss y Luis María Abellá, esbozaron los primeros trazos de un club de fútbol en condiciones de competir, y de esa manera, juegan informalmente algunos partidos.
Como se estilaba en la época, esperaron la llegada de una fecha trascendental y relevante, para sellar el acontecimiento.
Es así, que al estar próxima la fecha ideal del 19 de abril, ese grupo de jóvenes constituye formalmente el ‘Lavalleja Atlhetic Club’ con la Presidencia del joven y dinámico Maestro Andrés Saavedra.
En el largo peregrinar de un siglo, se debieron superar infinidad de inconvenientes, pero, los seguidores del viejo Club, han tratado en todo momento mantener siempre, las bases e ideales de su propia identidad y razón de ser, sacando muchas veces fuerzas de flaquezas para poder elevarlo y reencontrarse con la senda de su gloria y de sus triunfos.
Hoy, y al decir de uno de sus más importantes referentes de todos los tiempos, Don Moisés Jacobo, decimos: ¡Loor al viejo Lavalleja!”

SU PRIMERA HISTORIOGRAFÍA

El 13 de setiembre de 1920, en las páginas del periódico local “El Comercio”, que se editaba bajo la dirección de Alejandro Gerardo de Carlos, con la firma de Moisés Jacobo, se publica un artículo con el título de: “Lavalleja en su decimotercer aniversario”.
En él, Jacobo resume las dificultades que vivía la institución en ese momento, y acude a la memoria de los viejos lavallejistas para hacer resurgir los viejos ideales que lo inspiraron, y que lo condujeron a la gloria deportiva.
Dice el mencionado artículo: “La actuación del viejo campeón riverense constituye una página grandiosa, llena de gloria en los anales del deporte local.
Así como en las horas aciagas y felices del triunfo supo ser gallardo y caballeresco, en los momentos amargos y dolorosos supo ponerse siempre altivo y erguido, desplegando energías incomparables frente a la cruel adversidad, para no empañar ni oscurecer sus páginas heroicas y enaltecedoras, las que son y serán su orgullo y su honra.
Fue cuna de muchos jugadores que descollaron y que aún descuellan en nuestros fields y fuera de ellos.
Todos, como Tito Arregui, Raúl Evaristo Tal -hoy el mejor zaguero de nuestro fútbol- Machado, Ramón Camps, Lleonart, Rafael Costa, Telémaco Guaque, Aranco, Etchechury, Cardeillac y otros muchos cuyos nombres no recuerdo ahora.
Fundado en el año 1907 por los caballerescos como abnegados sportsmen, que jamás escatimarán esfuerzos ni sacrificios para ponerlos al servicio del club de sus simpatías.
Entre ellos podemos citar: Eduardo Carballo, los hermanos Pedragoza, los hermanos Camps, Arístides Cardeillac, los hermanos Arturo y Alberto Villoz y Barrios.
Hizo una campaña memorable siendo vencido y vencedor de poderosos cuadros de aquel entonces. Ganador de muchos trofeos y más tarde cuando se constituyó la Liga de 1913, logró el título de campeón ese año y el siguiente.
En 1912, alcanzó su primera victoria sobre el poderoso 14 de Julio al que se titulaba ‘León de la Frontera’.
En 1912 fue invitado por el Guaraní de Bagé, lugar donde cumplió una honrosa actuación, siendo vencido por uno a cero.
En 1919, la Liga que había cesado, se reorganiza, formando parte a excepción de Oriental todos los cuadros locales, volviendo la falange lavallejista a obtener otra vez el honroso título de campeón sin perder un solo punto.
Pueden los lectores ver en esta breve reseña de las campañas realizadas por el club Lavalleja, que este prestigioso club tuvo temporadas esplendorosas y tuvo así mismo tristes e infelices como la de los años 1917 y 1918.
Le preguntareis al Lavalleja: ¿Qué habéis hecho de los valientes y meritorios jugadores que en muchas ocasiones aplaudíamos en las canchas? Y él entonces responderá señalando al Oriental, al coloso 14 de Julio y luego sin ir más lejos, los fields de Caxías y Universitario de la capital, donde podréis ver footballers entusiastas militando en sus filas.
Así se cimentaron esto 13 años de gloria albinegra”.

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