“Los ciegos también nadan y hay experiencias válidas al respecto”
El pasado fin de semana se realizó un curso destinado a docentes de Educación Física y público en general, especialmente quienes tienen a su cargo a no videntes.
Hay aspectos que se deben tener en cuenta en la enseñanza de natación de un invidente.
En un primer momento hay que distinguir entre los ciegos de nacimiento y los ciegos más recientes a los que se hace necesario ayudar bastante más. Será necesario que la comunicación con los invidentes se desarrolle de la forma más correcta, es decir es responsabilidad del emisor buscar el canal más adecuado para transmitir la información.
El invidente se orienta fundamentalmente a través del oído y el tacto. Teniendo en cuenta esto, los fundamentos didácticos se basarán en estos dos sentidos, cuidando de que no sean muy alterados durante la enseñanza con interferencias externas. Hay que tener muy en cuenta que no es únicamente la ceguera lo que aísla al invidente del mundo, sino la ausencia de estímulos de naturaleza táctil, cinestésica, y auditiva durante los primeros años de vida.
Los planteamientos didácticos a tener en cuenta en estas personas son básicamente las mismas que las de un vidente. Solo el hecho de que estas personas no puedan ver no les excluye de que puedan nadar bien, eso sí, el entrenador siempre tendrá que tener muy en cuenta que el trabajo que se realizará será mucho más lento y de forma individual, pero con un fin muy similar al de una persona vidente.
Para realizar los ejercicios en el medio acuático durante la familiarización se debe buscar soluciones en cuanto a la transmisión de contenidos en explicaciones simples y el tacto.
Pero hay también aspectos que se deben tener en cuenta en las instalaciones para que sean aptas para los invidentes a la hora de desarrollar sesiones con personas ciegas o deficientes visuales unas consideraciones de seguridad de las instalaciones en las que vamos a desarrollar nuestro trabajo, ya que el invidente suele establecer una relación de miedo con el lugar en el que se ha producido una caída. En el primer día del invidente en la piscina el monitor deberá desempeñar el papel de lazarillo conduciendo al invidente a duchas, vestuarios, servicios, y le enseñará como entrar y salir del vaso; para que así pueda reconocer la estructura de la instalación. Si tenemos muy en cuenta las características tan relevantes que tienen estas personas podemos concretar ciertos matices sobre cuales han de ser las características ideales de una instalación apta para invidentes, y serán:
Delimitar perfectamente las zonas profundas de las poco profundas.
Deberá buscarse algún sistema de aviso de los virajes para que no se provoquen choques contra las paredes del vaso.
Las escaleras y el suelo deberán ser de material antideslizante, ya que al tener problemas de ambulación, con un suelo permanentemente mojado, es mucho más fácil caerse.
Evitar al máximo la presencia de materiales nuevos por los pasillos y los vestuarios.
La piscina ha de tener pequeñas dimensiones y con el techo bajo, para así evitar resonancias y poder así escuchar mejor al monitor.
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