Frases, reflexiones, poemas, aforismos, “desaforismos” (“desaforos” hacia nuestra metafísica del fronterizo portuñol). ¿Se trata de entender? Bueno sí, en parte. Otra parte, no se importa. Será de la oscuridad, de la profundidad, toda profundidad tiene oculta luminosidades por entre los rincones abisales a los que no logramos llegar. El pensamiento, la imaginación, el arte, el cuerpo presente, son medios para llegar a la potencia del superhombre.
Se trata entonces, de pensar con el todo, no solo con la cabeza, con el intelecto, con la razón. El alemán Nietzsche es un gran provocador. Invocador del pensar desde y con el cuerpo, desde y con otros lugares que no-los-de-siempre. El filósofo-poeta aborrecía el sentido común, por lo que tiene de mediano, mediocre, más-de-lo-mismo.
Esta crónica rescata algunas de sus más extravagantes y maravillosas provocaciones, intervenidas por mí fluir en forma de escritura, gracias a las palabras, aforismos, analogías, figuraciones, que vuelan en las tormentas y se posan con pies de paloma en las plazas de las ciudades:
“Al final de la vida se pelea también con el arte, no hay camino. Nihilismo, filosofía de la reacción a las grandes verdades, a la bondad, belleza, progreso… Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”, libro de Nietzsche.
“La verdad es un hueste de la metáfora, suma de relaciones humanas, son funcionales a una época (como la metáfora de dios, que sirvió para una época)”.
“Lo divino: lo que nos excede”.
“Consideraciones intempestivas” es un libro en dos partes. “Porque nunca está acorde a su tiempo, uno no puede ser cómplice, hay que desentonar, hay que perturbar, provocar”.
“Sócrates y Jesús, origen de la decadencia”.
“Amaestran nuestro cuerpo, nuestro espíritu”. El filósofo huye de la metafísica.
“La muerte de dios viene a representar la idea de un dios que nos calma”. Algo así como el clonazepam, la idea de dios es farmacológica.
Lo digo yo: Para que la idea de dios funcione tenemos que olvidar la idea que inventamos.
Sigo: Hay que olvidarse que dios es una ficción y metáfora para sosegar muestro vértigo y miedo del devenir existencial.
En el fondo (el amor no existe, otra metáfora creada por los cortesanos europeos del siglo XIII) somos cuerpos deseantes, entonces romantizamos una relación trascendente…
“El monoteísmo es terrible porque busca la unicidad y se explaya en todos los sentidos: monogamia, monocromático, monolítico”, añado: e ainda mais…
No hay un único amor para cada uno de nosotros.
Antes de Sócrates habían dioses, los olímpicos, que estaban “Más allá del bien y del mal” (otro libro de Nietzsche).
“Lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal”
“Yo no les aconsejo el amor al prójimo sino al lejano”
En el primer discurso del principal libro de Frederich, el “Zaratustra” (viejo personaje, medio mago, medio ermitaño, anuncia con voz profética, a quienes juzgan tener oídos: “Todos pasamos las tres etapas del ser humano: primero fuimos camello (cargamos el mundo en nuestra joroba), luego León (nos enfrentamos a quienes quieren esclavizarnos). Lo que viene, es el devenir Niño (porque el niño principalmente juega, recrea el mundo, nada más y nada menos)”
Tenemos una vaga idea del paraíso, cuando transitamos por el niño. Luego volvemos atrás, a ser camellos o leones, y/o, en el mejor de los casos “nos transformamos en seres solemnes”.
“El que juega descomprime sentidos unilineales y emancipa permanentemente a las cosas”.