Hay que hacerle caso a los médicos y expertos que han analizado el tema

Mucho preocupa a las autoridades, tanto nacionales como departamentales, la situación que se genera en muchas canchas de fútbol del país.
Hoy es usual ver que, en nuestra propia ciudad, en cualquier terreno baldío, hay varios chicos y jóvenes jugando al fútbol.
Esto no sucede en las canchas de los clubes porque estos se han encargado de cerrarlas muy bien con candados para evitar los ingresos no autorizados.
Los jugadores se pasan al fútbol cinco, en canchas que alquilan sin ningún problema, o a algunas de fútbol siete donde consiguen horario para poder despuntar el vicio.
Pero en el Litoral del país, según se ha dicho, es mucho más común ver que en las propias canchas de los clubes ya hay muchos entrenando, aunque no lo hacen a nivel oficial.
Ello ha llevado, por ejemplo, que uno de los mejores jugadores de la selección de Salto, que aún debe jugar las semifinales de la Copa Nacional que no ha finalizado, el pasado fin de semana tuvo una seria fractura de un brazo al caer mal en una cancha que no ofrecía condiciones de juego.
Ahora serán varios meses de recuperación por entrenar sin las condiciones mínimas de cuidado.
Y todo ello sin hablar de los riesgos que se corren por un posible contagio del coronavirus.
Parecería que las enseñanzas y consejos que brindan quienes saben al respecto, que son médicos y expertos que han analizado el tema, y no solamente en nuestro país sino en el mundo entero, poco o nada saben.
Es que en realidad corremos con el viejo dicho popular que dice “A mí, ¿qué me va a pasar? ¿Justamente a mí? Es imposible”, y después esta persona termina siendo uno de los contagiados y que pone en riesgo a todos los demás.