Rivera, viernes 17 de mayo de 2024
Carlos Enrique Wallace:

“El fútbol del interior es un milagro; se habla pero poco se retribuye desde el profesionalismo”

“El fútbol es una pasión”, comenzó señalando Carlos Enrique Wallace al referirse al interior del país y específicamente a los valores que salen del fútbol infantil y ya piensan en el profesionalismo.
Pero Carlos pone especial énfasis en la amistad que se puede lograr a través de la actividad, que en el interior es lo que más interesa.
“No hacemos plata, pero hacemos amigos, pero hay que entender que primero es un juego, informal, lúdico, luego pasa a ser un deporte y a la disputa del querer ganar y, para algunos, es una profesión que los uruguayos lo sentimos como muy especial”.
El reconocido técnico riverense, que en estos últimos tiempos ha tenido participación activa y muy interesante en algunas conferencias que se han dictado a través de plataformas informáticas, indica que Uruguay se ha hecho conocido en el mundo por las hazañas del ‘24, del ‘28, del ‘30 y del ‘50 y aún hoy que no hay posibilidades de un triunfo deportivo, nos siguen recordando como un país chico, pero con una cultura futbolística de la cual somos muy orgullosos.
“Al fútbol lo juegan todos, por eso nos unimos independiente de filosofía política, religiosa o de la índole que sea, y pueden jugar los niños, las niñas, los jóvenes, los adultos, los de un físico privilegiado, los que no, los altos, los bajos, los flacos, los gordos, iguala a los ricos y pobres. La mayoría de los uruguayos tienen lugar en este deporte”.
Relata que “se puede jugar en un campito, se ha jugado en la calle, en el club, en la escuela en las canchas de los clubes; en cualquier lugar donde haya un espacio se puede jugar al fútbol. Tiene etapas, al principio es recreativo, después formativo y luego competitivo, y es importante que todo niño pase por estas tres etapas sin saltear ninguna de ellas”.
Para Wallace los elementos indispensables para practicar este deporte primero son los jugadores, el espacio físico, la pelota y la disponibilidad del tiempo que en el interior no es la que deseamos, pero es la que contamos.
Señala un hecho que es muy común en nuestro fútbol chacarero cuando un jugador sale del trabajo y va a la cancha a entrenar, sin alimentarse y luego vuelve corriendo al trabajo con las mismas carencias, “y todo por la pasión que nos mueve”.
Se refirió además a los avances y las diferencias con el fútbol de antaño que parte desde la alimentación del futbolista y pasa por las lesiones recordando que antes una lesión de meniscos llevaba varios meses para su recuperación y hoy en quince días ya está jugando nuevamente.
Pero después ingresa a un tema que ha sido recurrente en estos últimos tiempos y tiene que ver con la dirigencia en el fútbol y en los equipos del interior.
“Han ido en baja, ya no se cuenta con los recursos necesarios, hay problemas institucionales que parte de lo económico y el fútbol se está debilitando en todos los departamentos del país, ya no hay instituciones fuertes como lo eran, por ejemplo, Paysandú Wanderers, Salto Uruguay, Oriental de Rivera, Atenas de San Carlos y tantos otros que antiguamente tenían un gran caudal social y que hoy tiene muchas dificultades para mantenerse”.
Habló sobre la tecnología, que hoy facilita mucho las cosas, especialmente para los directores técnicos que saben cómo actúan sus rivales, que pueden planificar y diagramar un partido de acuerdo al equipo contrario, con un nivel de información muy importante, aunque a veces no se sabe utilizar ni adaptar a los medios que se cuenta.
“Una de las cosas que ha marcado una involución es respecto a la enseñanza de los jóvenes, La educación de antes era muy diferente, nuestros padres nos miraban y ya sabíamos que querían, hoy un chico de ocho años no le da el asiento a una persona de edad en un ómnibus y nadie ayuda a un ciego a cruzar la calle, todas las cosas han cambiado, algunas para bien y otras para mal”.

LOS JUEGOS DE ANTAÑO
Carlos habló sobre los juegos de antes como la rayuela, la bolita, el balero, ya no existen más y los chicos de ahora ni siquiera saben de qué se trata.
“Hoy la tecnología ha tomado cuenta y un chico pasa mucho más tiempo frente a un computador o un teléfono celular que en la cancha o el gimnasio”.
Antes se jugaba en los campitos y hasta en la calle, no había tiempos determinados, se jugaba sin árbitros, sin camisetas, calzados o descalzos, el dueño de la pelota jugaba siempre, generalmente era el que jugaba menos, pero tenía que jugar, las edades no importaban, los de ocho jugaban con uno de 12 o 13, los arcos eran marcados con piedras, no había posiciones, no había entrenadores, no había mucho tránsito en las ciudades lo que permitía jugar con tranquilidad.
“Se jugaban partidos de cabeza, lo que mucho importaba para el fútbol posterior, se aprendía sin tener a un entrenador al lado, valía el rebote, se aprovechaban los cordones de la verada para hacer una pared, se jugaba en espacios reducidos, se mejoraba el dribling, la recepción, la conducción, el cabeceo y todo eso se ha perdido en beneficio de lo que llaman una evolución del fútbol infantil que, con equipamientos perfectos, con reglas y disposiciones muy claras tienen la gran virtud e ser un gran aporte desde el punto de vista social pero que tendría que mejorar en el sentido de no ser tan competitivos y si formativos y principalmente formativos de valores. Pero siempre están los técnicos que quieren ganar de cualquier manera, los padres que quieren que sus hijos sean siempre los mejores y eso no debería ser así, en esta etapa”.
Para el técnico que tiene un pasado también por el fútbol infantil en sus inicios en El Limite, “el día que se pueda contar con una programación en lo cual ganar no sea lo más importante entre los más chicos, creo que nuestro fútbol, sino sería mucho más significativo de lo que es hoy”.
Se refirió a las indicaciones que el chico recibe desde afuera de la cancha y que se las brinda el padre lo que lo lleva a estar mucho más pendiente de eso de lo que le dice el técnico, las condiciones del entrenador que debe ser un docente, saber enseñar, integrarlo moralmente, comprometerlo, tolerante y sobre todo actualización permanente para entender los verdaderos objetivos del fútbol infantil que deben ser, socialización, cooperación, combate al sedentarismo, responsabilidad y una formación integral”.
Para Wallace los entrenadores deberían apuntar mucho más a la formación futbolística en general que a la funcional, saber de las intensidades, ir gradualmente de lo más fácil a lo más difícil, tolerar las diferencias individuales y sobre todo m, tratarlo al niño con mucho cariño.
“El fútbol nos posibilita tener grandes ejemplos que tenemos que transmitirlos porque soy de los que considero que el que solamente sabe de fútbol, le falta mucho para saber de fútbol, porque debe estar aunado a otros factores de la vida diaria para poder aplicarlos. “.

LOS GRANDES PROBLEMAS EN EL INTERIOR
“Todos los conocemos -dice Carlos- que son económicos, estructurales y de dirigentes y que se está debilitando en la medida que el profesionalismo nos lleva mucha gente sin tener un retorno económico para las instituciones que muchas veces tienen dificultades de no contar con buenas instalaciones, ni baños en condiciones, ni materiales de trabajo y que los jugadores deban comprarse sus zapatos, e en definitiva hay que convenir que el fútbol del interior uruguayo es un verdadero milagro, porque mucho se habla pero poco se retribuye desde el profesionalismo”.

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