La espera y la incertidumbre por el fútbol local se hace eterna

Como les sucede a todas las instituciones deportivas que están atentas al retorno de la actividad competitiva, en nuestra ciudad se encuentran expectantes por el reinicio de las actividades.
El Consejo Juvenil había previsto el comienzo de las actividades en el certamen de la categoría sub-20, precisamente el fin de semana que se suspendió todas las actividades deportivas en el país por la emergencia sanitaria nacional declarada por la expansión de la pandemia del COVID-19.
Las distintas instituciones locales ya se han manifestado al respecto del retorno a las canchas y, si bien es cierto hay que convenir que muchos son los jugadores que poco a poco han retomado la práctica de distintos deportes por voluntad propia, a nivel del club y oficialmente, no hay otra alternativa que ajustarse a las decisiones oficiales emanadas del Ministerio de Salud Pública, de la Secretaría Nacional del Deporte y de la Organización del Fútbol del Interior (OFI).
La incógnita de no saber cuándo arrancará el certamen desalienta a dirigentes, a técnicos y a los jugadores de todas las categorías.
La incertidumbre es la palabra de moda, y la información no es muy clara a veces.
La espera por la vuelta del fútbol se hace eterna.
Por otra parte, el calendario aprieta, las fechas ya no alcanzan para finalizar con todas las actividades que se habían previsto en el calendario aprobado a fines del año pasado.
Hoy, todo hace indicar que los campeonatos juveniles de la categoría sub-14, sub-15 y sub-20 ya habrá que borrarlos definitivamente de la temporada 2020, aunque OFI no ha suspendido definitivamente la posibilidad de jugar los campeonatos nacionales de las dos primeras categorías.
Es obvio que así sea porque, quizás de ello dependa la posibilidad de la llegada de aportes de la CONMEBOL. Pero a nivel local, ya no será posible.
Muchos siguen pensando en la posibilidad de jugar el campeonato de Primera División y en sub-17, pero no hay absolutamente nada que confirme esa novedad. Es más, ya hay muchos que señalan la posibilidad que no haya campeonatos nacionales de ambas categorías a fin de año.
En el último Congreso realizado en Florida, por parte de la Confederación del Sur, el Presidente de la Liga de Canelones, Eduardo Mosegui, ya adelantó que los canarios no van a jugar porque van a priorizar la actividad local.
En lo posible, los clubes de Rivera, como de todo el interior, buscaron que los futbolistas no pierdan la confianza de que pueda empezar el campeonato.
Pero la realidad nos demuestra que, por más que realicen ejercicios en sus domicilios, en el patio de la casa o en algún terreno baldío cercano, no practican con las mismas ganas.
Cuando el protocolo elevado por la Organización del Fútbol del Interior sea autorizado por el Ministerio de Salud Pública y la Secretaría Nacional del Deporte se podría comenzar a pensar en iniciar un torneo usando todo el protocolo como tiene que ser.
La idea es no parar definitivamente el año, si es que sucede, porque al siguiente ya no sería lo mismo, ya no habría las mismas ganas. Tenerlos, a los jugadores, parados todo un año es complicado.
Además, tampoco se pueden hacer otras actividades, como por ejemplo beneficios para recaudar dinero que se hace necesario para los gastos de funcionamiento de la Liga y de los propios clubes.
En este tiempo de párate, la mayoría (o totalidad) de los clubes se ha dedicado a mejorar sus campos de juego, así como a arreglar algunos otros aspectos de sus escenarios.
A su vez, han hecho obras sociales, con entregas de canastas a los más necesitados.
Pero, a pesar de la impaciencia, de la incertidumbre, de las dudas, de las falsas noticias, lo concreto hoy es que se ha avanzado muy poco en relación al reinicio de las actividades y que, en realidad, estamos muy poco delante de lo que se hablaba el pasado 13 de marzo cuando todo comenzaba.