Emilson Carballo fue y será “el juez que ganó”
“Estaba a punto de no jugarse el partido Rivera-Flores. Los árbitros de Artigas, designados por OFI, no habían llegado.
El Estadio repleto de aficionados. Luego de extensas deliberaciones, se designó al referí local Emilson Carballo para dirigir el match.
Fue tan brillante el trabajo de Carballo y pese a que Flores había sido eliminada, que los jugadores sureños se lo llevaron en andas.
Creemos que, sinceramente, en el historial deportivo del Uruguay jamás se registró un episodio de esta naturaleza.
También, como puede apreciarse en materia de jueces, Rivera lograba el título máximo. ¿No les parece…?”.
Así reza en el acrílico que su propia familia descubrió el pasado fin de semana en el vestuario de los árbitros en el Estadio Municipal Atilio Paiva Olivera.
Antes, en el propio campo de juego, se había realizado un sencillo pero muy emotivo homenaje a Emilson.
Allí estaban las autoridades departamentales, los Ediles de la Comisión de Deportes de la Junta Departamental y el propio Presidente y Secretario del deliberativo.
Pero los más importantes eran los familiares del “Rato”, su esposa, sus hijos y muchos de sus nietos.
Carlos Cabrera, en representación de la Junta Departamental hizo un encendido recuerdo a la figura de Emilson como jugador, como padre y como árbitro.
Obviamente no estuvo ausente el recordado hecho del partido ante Flores y, en ese momento, los parciales que estaban en el estadio interrumpieron el relato con un largo aplauso porque, en realidad, muchos de ellos no conocían la historia.
Posteriormente bajaron al vestuario cruzando por los jugadores celestes que estaban prontos para salir a la cancha y luego por los integrantes de la terna arbitral salteña que entendió el homenaje y abrió las puertas de su vestuario para que se realizara el homenaje.
En la puerta, la esposa de Emilson junto al presidente de la Junta descubrieron una placa que de ahora en más recordará por siempre al Rato.
El vestuario lleva el nombre del mejor, del único juez que ganó…
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EL RATO un grande con todas las letras. Tuve el honor de ser su amigo pese a la difencia de edades. Me decía EL MANGANGÁ. Suempro lo recuerdo en su bicicleta negra doblado por los diarios o separando los diarios en la plaza Artigas cuando llegaban de la ONDA en lo de CURI.
muy buen homenaje . queda demostrado que todavia se pueden hacer muchas cosas por el deporte