Scherezada, las Francesas y Peri Rossi

La literatura escrita por mujeres se encuentra inscrita en la necesidad de Scherezada: manifestarse para continuar viviendo, sacar a la luz lo oculto, atrapar con sus historias al seducido sultán-lector. Al escribir, la mujer intenta descubrirse a sí misma, para mostrarse al otro, para ser reconocida y establecer el pacto comunicativo, el encuentro, o el convivio del que da cuenta Dubatti (hablando del encuentro en torno a un evento escénico y teatral). Porque la lengua, denotativa y connotativamente, puede convertirse en el lugar de la máxima transferencia: la amorosa y la literaria. Freud plantea los mecanismos de la creación como resultante de una impotencia en el artista para encontrar satisfacción en la realidad, impotencia que motiva el repliegue sobre la vida imaginativa, en un proceso que denominó sublimación. Catherine Millot presupone que “la escritura procede de una imposibilidad la de un goce en nombre del cual todo otro goce será recusado como muy desigual”.
A la mujer se le impuso el silencio, por tanto empezó a bordar susurros y murmullos, pero encontró en el revés de su tejido otras formas para decir lo que tenía que callar. De allí, la prominencia de diarios, relatos autobiográficos, cartas, una literatura del íntimo yo, frecuentemente metamorfoseado, bordado en imágenes donde figura y fondo ocultan lo que muestran. En especial, todo aquello que Scherezada entretejía en sus historias: el goce del cuerpo, los múltiples y variados goces de la sexualidad metaforizada.

II
La literatura francesa, como todo en su inquietante cultura, ha sido siempre de avanzada, rompiendo cercos, abriendo surcos. Gracias a ella, hemos podido acercarnos a lo fundamentalmente humano, a aquello que nos es vital para conocernos y reconocernos, para otorgarle un cuerpo a nuestros fantasmas, a nuestros deseos, pero también a nuestras realidades, nuestras historias de amor.
Uno de los temas tratados en la escritura de las mujeres es el de su sexualidad. El segundo sexo de Simone de Beauvoir se convirtió en el canon por excelencia a partir de los movimientos feministas. Multicitada, Simone de Beauvoir puso el dedo en múltiples llagas. Gracias al feminismo y, en consecuencia, a Simone de Beauvoir se recuperó una buena parte de los “hechos y los mitos” pero, con especial ahínco, de “la experiencia vivida”. “Lo personal es político” fue una de sus banderas.
Uno de estos hechos y mitos, frecuentemente ocultado, negado, censurado o vilipendiado, es la existencia de mujeres que aman a mujeres. El nombre de Safo sería suficiente para establecer su origen casi desde los principios de la humanidad. Aunque de origen griego, su nombre traspasa fronteras no sólo por su valor literario, pues su nombre junto con el de la isla que habitó serán factuales y míticos, a la vez: Safo y Lesbos connotarán la experiencia amorosa vivida por muchísimas mujeres. Aunque, en la literatura anterior al Siglo XX se hizo referencia a esta pasión amorosa, jamás se le dio la importancia debida. Al contrario, se le trató sardónicamente, condenándola u ocultándola. No es extraño que una de las novelas capitales al respecto. El pozo de la soledad de Radclyffe Hall, haya tenido tanto éxito. Por una parte, porque era uno de los primeros libros que trataba abiertamente el tema, lo que atraía a la comunidad homosexual para identificarse con sus protagonistas, y por la otra, porque la relación lésbica allí narrada se permea de la culpa cristiana y del consiguiente castigo, lo que convenía a la moral dominante.
Colette escribe Le pur et le impure en los mismos años que Marcel Proust, Sodoma y Gomorra (1922) o Andre Gide Cotydon (1924) libros capitales para la cultura gay. En 1931, Colette empieza a escribir el libro y a publicarse en varias entregas bajo el título: Ces plaisires… (Esos placeres…) cuya temática giraría sobre las diversas posibilidades o variantes en las relaciones sexuales. La narradora se limitaba a ser una mera observadora, a guardar distancia sin adoptar ningún juicio crítico, si acaso mera sorpresa por las relaciones amorosas fuera de lo establecido.
Sin embargo, las recurrentes imágenes planteadas por Colette de mujeres en la búsqueda de dos pechos maternales que las nutran, las protejan, darán paso a las heroínas de Violette Leduc que, además de cariño y cuidado, necesitan voluptuosidad, gozo camal. Para Monique Wlttlg, la importancia de la obra de Violette Leduc estriba en que no sólo se limita a retratar a dos mujeres haciendo el amor, sino porque la narradora es, asimismo, lesbiana y al describir a estas mujeres deja constancia de su propia experiencia. La lesbiana no será únicamente un tema u objeto en el discurso literario, visto con un punto de vista externo, por alguien ajeno o pretendidamente distante.

III
La literatura de Cristina Peri Rossi, profesora de literatura montevideana que tuvo que salir del país en 24 horas, hacia el exilio en España, al inicio de la dictadura militar, funda su escritura en el exilio y el deseo.
De ella se suele decir que es la única mujer vinculada al boom latinoamericano, el movimiento que consagró a García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes y José Donoso. Pero Cristina Peri Rossi es una escritora que ha hecho una trayectoria con méritos suficientes sin necesidad de colgarse de etiquetas. Tanto así que es la flamante ganadora del Premio Cervantes, el considerado Nobel de la lengua española.
“Su obra, puente entre Iberoamérica y España, ha de quedar como recordatorio perpetuo del exilio y las tragedias políticas del Siglo XX”, señaló el jurado del Cervantes cuando dio a conocer el premio. Y agregó: “El valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad”.
“Huí de todas las dictaduras, incluso de las estéticas”, señaló en una entrevista con el sitio Eterna Cadencia, en 2021, de alguna forma resumiendo el ideario que la ha caracterizado. Una independencia escritural. En El País afirmó sobre lo mismo: “No tengo la menor idea de cómo hubiera sido mi vida de no haberme exiliado, de modo que puedo decir, de manera afirmativa, que a mí el exilio me ha enriquecido, pero no considero imprescindible emigrar para saborear nuevos olores o enriquecer la experiencia. Julio Verne no salió de su cuarto, prácticamente, y Emily Dickinson tampoco. Yo salgo a menudo de mi cuarto, pero sé que cuando estoy en mi cuarto, escribo mejor”.
Eso sí, en su interés por lo erótico, Peri Rossi, le suma la tecla de escribir sobre la homosexualidad. Ella misma, de hecho, es lesbiana. “Soy insumisa. Defiendo el feminismo y la lucha por la igualdad de las lesbianas y de los transexuales. Y además hablo y escribo. Eso es un peligro para cualquier partido”, dijo en entrevista con La Nación, de Argentina, en 2021.
Debido a complicaciones de salud, a sus 80 años, no podrá moverse hasta Alcalá de Henares, la localidad de nacimiento del autor del Quijote. En su lugar, asistirá como representante la actriz argentina Cecilia Roth, quien recogerá el premio en su nombre en la ceremonia (que vuelve a ser presencial tras la pandemia) que se realizará este viernes.

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