Rivera, viernes 5 de julio de 2024

Despedido, pero no solo

I
Ayer (por el día 6/01/21) hubo un intento de tomar el capitolio en Washington DC. Alentados por él mismo presidente e interrumpiendo la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.
Biden culpa a Trump de instigar un “asalto a las instituciones democráticas”.
El presidente Trump incitó a sus seguidores a marchar sobre el edificio del Capitolio menos de una hora antes de que la multitud invadiera el terreno, insistiendo en que la elección le había sido robada y afirmando: «No lo toleraremos más».
Los hechos sucedieron después de meses de difundir mentiras y conspiraciones electorales infundadas que crearon una percepción de fraude en la mente de muchos partidarios de Trump.
Los impactantes eventos del 6 de enero reflejan una violencia política del tipo que con demasiada frecuencia arruina las elecciones en las democracias jóvenes o inestables. ¿Quién diría?
El faro de la libertad en la que se autoerigió EEUU, cayó de su pedestal, gracias a su propia y oscura liturgia de extremistas que buscaban desestabilizar la institucionalidad democrática.
Paradoja, si las hay, de los “adalides de la libertad”. La instalación de las dictaduras militares en el cono sur americano en los años 60-70, debemos recordarlo, tuvo la mano siniestra de la CIA, por detrás de los golpes de estado.

II
Hubo 4 muertos, la primera fue una de las atacantes al Capitolio y militaba en la filas de la extrema derecha.
La mujer es una de las 4 víctimas que murieron en el asalto al parlamento. Según me informó Raúl Huidobro, se llamaba Ashli Babbit. Era nativa de California. Tenía 35 años y era veterana de la Fuerza Aérea.
Era una militante fanatizada de Trump. Militaba mucho en las redes sociales.
Ella como militar estuvo en Afganistán e Irak y como Guardia Nacional estuvo en Kuwait y Qatar.
En las redes grabó videos combativos y radicalizados sobre la política de inmigración y daba gran apoyo a la construcción del vergonzoso muro fronterizo.
En marzo por Twitter escribió y subió una flota de barcos de Trump en San Diego con una camiseta que decía: «Somos Q» en referencia al apoyo a “QAnon”, grupo esdrújulo que intenta imponer su teoría de conspiración de extrema derecha.
Me dijo Raúl que la fuente de la noticia es el propio ex marido de Babbit, Timothy McEntee.
Ella recibe el tiro cuando se rompe una ventana del Capitolio y entra en forma agresiva a la sede legislativa (hay un video por redes sociales que da cuenta de la situación).

III
La responsabilidad de Trump en estos incidentes es indiscutible. Buena parte de los republicanos aportaron lo suyo. Más de cien, de ellos, estaban dispuestos a proponer la anulación de la victoria de Biden, y deben también ser considerados como instigadores del tumulto. Pero sería un error creer que lo ocurrido es responsabilidad exclusiva de Trump y sus secuaces.
Me apoyo en el diario argentino “Página 12” donde Atilio A. Boron en su lúcida columna “Estados Unidos: Una crisis de larga gestación”, afirma:
“Este episodio marca la gravedad de la crisis de legitimidad que hace mucho tiempo está carcomiendo al sistema político norteamericano. El ausentismo electoral es un lastre crónico para un sistema que se autoproclama como una democracia cuando no lo es. Abraham Lincoln la definió como el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Hoy no sólo intelectuales de izquierda como Noam Chomsky sino hasta académicos del mainstream como Jeffrey Sachs y, antes que él, Sheldon Wolin sostienen en sus intervenciones orales y escritas que el sistema político de Estados Unidos es una plutocracia y no una democracia en la medida en que es el gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos.
Esto es lo que explica la quejumbrosa reflexión que hiciera hace unos meses un editorial colectivo del The New York Times al constatar que el 1% más rico acumula más riqueza que el 80% más pobre del país. Es decir, una pseudo-democracia que aplicando las políticas neoliberales decretó las exequias del “sueño americano” y convirtió a ese país en el más desigual del mundo desarrollado”.

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