Joven escultor trabaja en un monumento a Aparicio Saravia
(Por Rosa Dutra) Eduardo Fabián Camargo Márquez es un joven con mucho talento, ama la escultura y es un oficio y arte en el que trabaja desde hace mucho tiempo. Actualmente, junto a su padre, está trabajando para lograr una obra relacionada con la historia del país: un monumento a Aparicio Saravia.
NORTE estuvo en su hogar y dialogó con él para que nos contara cómo fueron sus comienzos y que nos hablara sobre su nueva obra. Nos dijo que su talento lo trae de cuna, ya que proviene de familia. Sobre esta obra, dijo que es un aporte que le hace a la sociedad. Más allá de que se trate de un personaje partidario, Eduardo Fabián cree que “será un regalo para toda la comunidad”.
Al mencionar esta obra, que -como dijimos- viene realizando junto a su padre, Ruben Camargo Borges, expresó que la misma tiene un valor histórico ya que es un monumento al caudillo Aparicio Saravia montado a caballo.
El caballo tiene una altura de tres metros y medio, lo que con el caudillo “crecerá un poco más”. Está compuesto sobre un pedestal de la misma proporción, por lo que suma un total de más de seis metros, “algo similar a la altura de una columna de luz”. El material que utiliza es el hormigón, con la estructura a base de hierro.
Una vez finalizada la obra, las autoridades locales del Partido Nacional decidirán donde se instalará el abrumador monumento. Eduardo Fabián piensa que puede ser en la zona de Masoller, lugar histórico de la batalla donde Saravia fue herido de muerte. “Estoy contento de aportar, y gracias a mi padre logré trabajar en este monumento, quien me apoya con la parte logística. Me siento agradecido por esta oportunidad”, expresó.
Haciendo referencia a sus actividades de escultor, nos contó que ya ha realizado exposiciones y trabaja para particulares, por eso su trabajo no es muy divulgado. Agregó que mantiene contactos con el reconocido artista riverense Osmar Santos.
Además, trabaja mucho con el sector de la docencia, habiendo recorrido varias escuelas durante el año y haciendo proyectos; organizan museos de los indios charrúas y le encanta trabajar con jóvenes y niños, porque su deseo es que cuando ellos egresen de la escuela puedan dejar sus huellas en los trabajos que realicen, como esculturas, murales. “Esto los ayuda a respetar el patrimonio, a cuidar las esculturas que existen y que sientan amor por lo que es nuestro”, dijo.
“Hay un retorno muy importante en esto, porque muchas veces pensamos que damos mucho y, al contrario, recibimos más de estos jóvenes y niños. Nos queda una sensación de satisfacción y que lo que aportamos no fue en vano sino que el árbol dio sus frutos”, concluyó. Por último, agradeció nuevamente a su padre, porque “gracias a él mi trabajo está siendo conocido”.