Conaprole ratificó cierre de planta en Rivera: “No es viable” y “no cumple con las expectativas”

La Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) confirmó en la jornada de ayer, jueves, el cierre definitivo de su planta industrial en Rivera, previsto para el 31 de octubre de este año. El presidente de la empresa, Gabriel Fernández, aseguró en rueda de prensa que la decisión es “irreversible” debido a la pérdida de viabilidad del centro de producción, motivada por la caída sostenida en el consumo de leche en sachet y la reducción drástica en el número de remitentes en la cuenca del norte.
“La planta de Rivera es chica, tiene muchos años y no cumple con las expectativas que Conaprole tiene”, explicó Fernández, quien detalló que solo 14 de los 140 productores originales continúan remitiendo leche a esa planta. En los últimos cinco o seis años, la venta de leche fresca en esa zona ha caído un 60%, lo que llevó a que la escala de producción actual no sea sostenible.
A esto se suma que mantener operativa la planta requeriría una inversión estimada entre tres y cuatro millones de dólares, con dificultades para obtener repuestos para el equipamiento existente. Además, la presencia de productos lácteos importados de forma informal desde la frontera ha impactado negativamente en la competitividad del mercado local.
En este contexto, la empresa anunció que los 21 trabajadores afectados por el cierre podrán optar entre varias alternativas: el traslado a otras plantas de Conaprole -con la empresa cubriendo los costos de mudanza-, un seguro de paro extendido con un complemento económico por un año para preservar entre el 80% y el 90% de sus ingresos, o despidos incentivados. “Sabemos que mudarse no es fácil, pero ofrecemos la posibilidad de mantener el empleo”, subrayó Fernández.
La decisión ha generado rechazo por parte de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), que ha calificado la medida de “irresponsable” y ha desarrollado diversas medidas sindicales, incluyendo paros en la recolección de leche, lo que provocó derrames en tambos de la región. “Las medidas se les fueron un poquito de las manos”, dijo Fernández, quien también cuestionó el impacto negativo que estas acciones han tenido en la cadena productiva.
Pese a las tensiones, Fernández destacó que la cooperativa notificó con seis meses de antelación su intención de cerrar la planta, precisamente para abrir un espacio de diálogo que permita minimizar el impacto sobre los trabajadores. “Estamos dispuestos a conversar el cómo, pero no el qué. El cierre es irreversible porque tenemos que garantizar la competitividad y sustentabilidad de la empresa”, afirmó.
Finalmente, el presidente de Conaprole aseguró que la empresa continuará comprando la leche a los productores que hoy remiten a la planta de Rivera, y que la capacidad ociosa en el centro industrial de Montevideo permitirá absorber sin inconvenientes la producción desplazada. Según estimaciones de la empresa, el cierre de la planta generará un ahorro anual de 1,5 millones de dólares.