Un centro de reclusión, no un depósito de presos…
Hoy, jueves 5 se inaugura la nueva Cárcel Departamental de Rivera. Obra que fuera adjudicada por el Ministerio del Interior según licitación pública Nº 01/2008.
Allí los reclusos podrán tener sus talleres, realizar cursos de capacitación, elaborar artesanías. El propósito es que sea un verdadero centro de recuperación, porque la reparación de sus culpas ante la sociedad, no le quita los demás derechos de todo hombre.
Pero todo esto no se logra de la noche a la mañana. Luego de asumir el Gobierno del Frente Amplio en el 2005 a nivel Nacional y una banca por Rivera el Maestro Julio Fernández, se aboca a analizar, discutir y tratar de concretar un viejo anhelo: la Construcción de una nueva Cárcel para Rivera. Estaba al frente de la Jefatura Departamental de Policía el Insp. Mayor Pa. Juan Carlos Soto.
La que hasta ahora fuera Cárcel de Rivera data del año 1930. Construida para una realidad muy distinta, previó albergar a 80 reclusos. Ya en los años 80 y 90 el crecimiento de la ciudad, los nuevos tipos de delitos, la pérdida de valores fundamentales, hicieron que ésta quedara totalmente obsoleta.
Muchos gobiernos se sucedieron y todos prometían la creación de una nueva Cárcel, sin concretarlo. Para este gobierno el desafío era muy grande, pero la necesidad también. Se encontró entonces entre la disyuntiva de construir escuelas nuevas y otras obras imprescindibles, o construir una nueva cárcel más humana y más segura, evitando así las fugas frecuentes y sus consecuencias. El Diputado Fernández optó por las dos cosas, y lo ha logrado.
En la obra de la cárcel, todo comienza con el compromiso político y personal del entonces Ministro del Interior, Dr. José Díaz, compañero Socialista, quien, ante el planteo del Diputado Fernández, se compromete a realizar los máximos esfuerzos para que dicha obra se concrete.
Se conforma una Comisión de apoyo local, integrada por destacadas personas de la comunidad que definen los pasos a seguir. Tres destacados arquitectos locales (Néstor Guidotti, Jorge Rodríguez y Leónidas Bayo) colaboran honorariamente y hacen estudios de planos y obras similares, hasta llegar a la presentación pública del anteproyecto de lo que hoy es la Cárcel Departamental.
¿Dónde instalarla? El Ministerio del Interior disponía de un predio de 21 hectáreas en la ciudad de Rivera (Cerro del Estado). Se negocia con la Intendencia Departamental y se logra una permuta (no sin mucho esfuerzo), por un predio que ésta disponía en Cerro Carancho.
Los primeros pasos. Hubo que hacer la medición del predio, contratar el técnico y los recursos para que pudiera realizar el trabajo; también lograr la voluntad de colaboración de la IDR, la Junta Departamental y los técnicos del Ministerio del Interior.
Costo: El costo de la edificación fue exorbitante. “Se adjudican para la obra 231.510.880,24 pesos uruguayos” (según decreto firmado por el Presidente Tabaré Vázquez el día 28 de octubre de 2008). Con ese monto, seguramente se podrían construir diversas obras para la comunidad. Todo fue valorado. Pero también se valoró que quienes han cometido algún delito y están cumpliendo sus penas, son también pasibles de derechos, procurando se rehabiliten.
Mientras avanzaba el trabajo, muchas fueron las voces de duda y hasta se propuso la alternativa de llevar los presos a la Brigada.
En ese mismo lapso, los problemas de la vieja cárcel se agudizaron: hubo varias fugas y consiguientes juicios a funcionarios policiales. Familiares de presos y policías estuvieron permanentemente con el corazón en la mano.
Pero el Diputado Julio Fernández, siguió acompañando a aquellos que creían en el proyecto, hasta que el 21 de noviembre del 2008, la Ministra del Interior (Compañera hoy Diputada) Daisy Tourné colocó la piedra fundamental, con un plazo de 30 meses de ejecución.
La Empresa Stiler fue la adjudicataria de la construcción. Se comenzó por realizar la deforestación del predio y pronto se empezaron a ver crecer los cimientos.
Entre 150 y 200 obreros de Rivera, durante 25 meses, encontraron allí el lugar para llevar el sustento a sus casas, destacándose la calidad y seguridad de su trabajo, felizmente, sin que se hubiera registrado ningún accidente fatal.
Quedan demostradas varias cosas, que es necesario tenacidad en la labor cuando se quiere llevar adelante una obra, que es posible cuando hay voluntad política, que toda obra lleva alrededor de cinco años para su concreción, quedo demostrado, que se puede.
A todos y todas quienes estuvieron en esta lucha, felicitaciones.
Rubenson Silva, Suplente Diputado Partido Socialista