Grupo Asesor insistió en uso responsable de espacios públicos y aplicación de medidas sanitarias
Los integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) advirtieron que Uruguay logrará mantener el control relativo de la epidemia de COVID-19 alcanzado en los últimos meses si la población utiliza los espacios públicos de forma responsable, no abandona las conductas sanitarias promovidas y se continúa reforzando el número de test. Anunciaron que en los próximos días presentarán una guía para un verano seguro.
Rafael Radi, Fernando Paganini y Henry Cohen, integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario, participaron en una conferencia de prensa en la Torre Ejecutiva, este 5 de noviembre, para analizar el curso de la epidemia, las eventualidades y las herramientas de mitigación disponibles, entre otros temas.
Los expertos coincidieron en la necesidad de continuar trabajando sobre los cuatro conceptos en los que se sustenta la estrategia de mitigación aplicada: progresividad, regulación, monitoreo y base en evidencia científica.
Informaron que actualmente se avanza respecto a la presencialidad en los centros educativos, la situación de los adultos mayores, las vacunas, el turismo y los espacios públicos, el seguimiento de datos y modelos predictivos, la aplicación de test serológicos y la inclusión de la epidemiología molecular como forma de seguimiento.
“Consideramos, científicamente, que mantenemos una ventana de oportunidad para sostener el control relativo de la marcha de la epidemia como hasta ahora. Estamos en un momento decisivo para definir próximas etapas. Hay una situación favorable, con posibilidad de hacer buen aprovechamiento de lo aprendido en siete meses con autogestión inteligente del riesgo y la utilización responsable y compartida de espacio públicos sin perder calidad de vida”, subrayó Radi.
Recordó que Uruguay desde el inicio planteó la estrategia de contención, es decir, mantener un nivel de circulación viral muy bajo, contenido y rastreable, siempre sabiendo que era imposible llegar a tener cero casos, como ocurrió en Nueva Zelanda, por ejemplo.
“Es un momento, como sociedad, en que somos decisivos para mantener el control relativo en la estrategia de contención. De lo contrario, se abren escenarios complejos donde el eje de regulación podría empezar a operar, lo cual notoriamente va a disminuir las posibilidades como sociedad y la calidad de vida, como claramente ocurre en Europa y en otros países”, ratificó.
El científico adelantó que en las próximas horas se publicará, en el sitio web de Presidencia de la República una sección donde se irán publicando progresivamente, los informes elaborados por el Grupo en los últimos siete meses. También remarcó la repercusión internacional que generó la experiencia, que “dejará un aprendizaje de la interacción ciencia- política pública”.
Con respecto al uso responsable de los espacios públicos, afirmó que es clave para enfrentar la pandemia y que, para ello, será esencial monitorearlos en tiempo real y contar con medidas de contingencia. “Estamos muy preocupados por la salud mental y la salud física, sobre todo de los mayores. No entendemos que haya ninguna necesidad de disminuir espacios públicos. Apelamos al comportamiento social correcto para no comprometer la calidad de vida”, acotó Radi, quien abogó por la colaboración de las intendencias y alcaldías para logarlo.
En relación a la temporada de verano, dijo que se presentarán nuevos desafíos hacia fin de año por las fiestas y celebraciones relacionadas, y que en ese eje habrá que trabajar, porque, según recordó, Europa perdió el control en esas instancias.
Sobre la cantidad de personas que pueden estar en una actividad, dijo que se debe pensar en gestión de riesgo, en el cumplimiento de las medidas estipuladas en los protocolos y que no se puede hablar de un número exacto de personas. Explicó que en los espacios libres y abiertos hay baja posibilidad de contagio y que se debe pensar en disminuir el número de contactos sin disminuir la calidad de vida.
En otro orden, el experto aseguró que los niños de hasta 12 años se enferman menos y que hay convencimiento de que transmiten poco. En ese sentido, ratificó la conceptualización de ir migrando a una mayor presencialidad y que llevar a los alumnos de 1,5 metros de distancia a 1 metro no aumentará tanto el riesgo de contagio. En aquellos lugares en los que no se pueda cumplir con esas medidas, se deberá reforzar la ventilación, el uso de mascarilla, enfatizar en las medidas de higiene y en las actividades al aire libre. “Si esperamos el riesgo cero nunca abriremos escuelas o estadios”, sostuvo.
“El impacto salud mental en adultos mayores es muy grande, el deterioro cognitivo aumenta mucho en el confinamiento. El adulto mayor sano puede disfrutar espacios al aire público y puede ver a la familia y abrazarlos por poco tiempo. Una cosa es los residenciales, que son algo complejo, y otra el que está en buen estado sanitario. Por eso, se trabaja en la generación de un nuevo informe sobre el tema”, asumió Radi.
En otro orden, informó que el Grupo Asesor Científico Honorario elevó una propuesta a la División Epidemiológica del MSP para que los test serológicos se realicen en dos focos: uno en el personal de la salud y otro en la zona metropolitana y Rivera. Ratificó una vez más el uso de los test nacionales de alta sensibilidad y especificidad.
En su intervención, Fernando Paganini retomó los conceptos vertidos en la conferencia desarrollada en julio; destacó las dos medidas principales y complementarias para el control de la pandemia: distanciamiento físico e higiene de la población en general y los métodos de testeo, rastreo y aislamiento de casos para la contención de brotes.
Se refirió a este último como el nuevo indicador para el control de la emergencia sanitaria, la capacidad de seguir caso a caso y controlar todos los brotes. El matemático manifestó que, si se traspasa el umbral de rastreo, la situación se convierte en una trasmisión comunitaria del virus sin seguimiento y el peligro de descontrol es mayor, según modelos matemáticos y la experiencia internacional acumulada. “Este indicador es mejor criterio que el que manejábamos al principio, de no desbordar los CTI”, subrayó.
Aseguró que la situación actual sigue controlada pese al incremento de casos. El Grupo Asesor Científico Honorario comenzó a utilizar un indicador propuesto por la Universidad de Harvard, que ubica a los países en colores (verde, amarillo, naranja y rojo), en el que verde es la mejor situación, según el número de contagios diarios y en promedio semanal.
Según este modelo, Uruguay estuvo siete meses en zona verde con una gran movilidad social. En tanto, los casos positivos de las últimas semanas trasladaron al país a la zona baja del amarillo. “Es una primera noción de preocupación”, por lo cual la aspiración es volver a la zona verde antes de fin de año.
Asimismo, recordó la situación de Rivera y aseguró que las medidas que se tomaron dieron resultado. “Cuando uno se lo propone, estas situaciones se pueden controlar”, expresó.
En cuanto a los casos asintomáticos, Paganini indicó que la proporción creció ubicándose en 25% del total, producto del aumento en la cantidad de testeos.
Por su parte, Henry Cohen reflexionó que a ocho meses de iniciada la pandemia en Uruguay se ha aprendido a convivir con el virus, haciendo un uso responsable de la libertad. Sostuvo que es normal que la población sienta cierta «fatiga», pero que ahora, más que nunca, hay que mantener las medidas de prevención para seguir llevando “una vida casi normal”.
“Es esencial comprender que debemos cuidarnos mutuamente, sobre todo por las poblaciones más vulnerables, y que nuestro comportamiento hace la diferencia (..) sabemos lo que no tenemos qué hacer», remarcó.
Insistió, en la misma línea que sus colegas, en la importancia de seguir cumpliendo con las medidas de protección para evitar la propagación y mejorar el estatus actual del país. Recalcó la necesidad de mantener el distanciamiento físico, el uso de máscara facial, el lavado de manos frecuente y de no compartir mate.
En el caso de realizar reuniones es fundamental que sean breves y en lo posible en lugares abiertos o que estén correctamente ventilados, explicó. Si bien el riesgo de contagio es menor en los espacios abiertos, las aglomeraciones pueden favorecen la propagación, por este motivo, se debe estimular el uso responsable de los espacios públicos abiertos ya que este uso, es un indicador de la calidad de vida de los ciudadanos.
Informó que el Grupo Asesor junto a la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de Facultad de Medicina está preparando una guía sobre “un verano seguro” que estará disponible en pocos días. Destacó la ventaja que tiene Uruguay de poder valorar lo que hizo Europa en verano y evitar los mismos errores.
Con relación a las vacunas, afirmó que desde el punto de vista científico es un hecho “casi milagroso” que en poco tiempo ya se pueda disponer de ellas. Sin embargo, explicó, el final de la pandemia será progresivo ya que una vez comprobada la eficacia y la seguridad de las vacunas, se deberá garantizar la disponibilidad para una importante cantidad de gente en todo el mundo. “Lograr la inmunización de gran parte de la población mundial llevará su tiempo”, afirmó.
Informó que el Gobierno uruguayo se suscribió al mecanismo COVAX de OMS/OPS para integrar la lista de países compradores de vacunas validada por organismos contra la COVID-19, a fin de garantizar el acceso justo y equitativo a ellas.