Cuando la opción es “decidir”: la Llave
Reflexiona Fernando Savater en su libro El valor de elegir, “que la política no siempre es ni mucho menos buena, pero su minimización o desprestigio resulta invariablemente un síntoma mucho peor”.
Siguiendo esta línea de pensamiento, agrega: “… de qué estás formado, depende de la genética, en qué te convertirás, de la política…” parafraseando a Stanislaw J. Lec.
Analicemos despojados de nuestras responsabilidades como dirigentes del Partido Colorado el escenario en el que nos encontramos, y veremos con pequeños matices según lo que cada uno proyecta como modelo de vida, que en lo esencial, en lo fundamental, en lo básico, todos estamos de acuerdo.
Si esto es así -hoy- después de haber perdido 300 mil votos en un solo período electoral, los que no han podido recuperarse por más renovación a la que se haya aludido en cada mensaje emitido con el fin de convencer a nuestros correligionarios de nuestras razones, veremos que la conflictividad en la que estamos inmersos lejos de encontrar un punto de salida, sigue moviéndose en los mismos parámetros de desajuste.
No vamos a enumerar lo que en nuestra opinión pueden ser las causas de este conflicto, tampoco caeremos en autocríticas individuales porque lo que importa, lo que interesa, es la situación del colectivo, la del Partido.
¿Qué hacer entonces parece ser el desafío? Quizá alguien pueda entender que ya es tarde para todo; que la elección ya está perdida, que la interna se dirimió o que el país ha decidido prescindir del modelo político y social que nuestro Partido tanto hizo por ubicar en los primeros lugares de las preferencias de los uruguayos.
Desde mi perspectiva, que insisto, es propia, individual, que no intenta llevar consigo a nadie más que a mi propia reflexión, el Partido Colorado es una opción políticamente válida incluso en un escenario de derrota electoral.
EL PARTIDO COMO INSTRUMENTO
Uruguay se debate entre dos modelos de país: el que el Frente Amplio ha dejado en evidencia durante este Gobierno, y que se ha caracterizado por las improvisaciones y el individualismo, o la capacidad concertada, republicana y de co responsabilidad, que han demostrado los Partidos Nacional y Colorado en extensa trayectoria. El trabajo políticamente ajustado a un programa consensuado sobre una visión “País” y la visión participativa del contralor de la gestión, fueron los pilares republicanos que la coalición blanca y colorada proyectó y resolvió con énfasis durante sus Gobiernos.
No así sucedió con el Frente Amplio, donde el Gobierno ha sido sólo de ese partido político y donde no ha habido contralores en la gestión, donde no se integraron los directorios de las empresas públicas con la representatividad constitucionalmente debida, y donde se han concertado acciones de Gobierno, como la venta de PLUNA, las políticas en materia de comunicaciones de ANTEL, la fijación de los precios de insumos básicos como los de UTE, tan sólo con el decretazo dispuesto por un Gobierno que por filosofía política ha implantado aquello de que “como te digo una cosa te digo la otra”.
El Frente Amplio ha hablado del -libre mercado- y de sus reglas como el valor que el país jamás agredió en estos años; sin embargo, mediante la creación de un fideicomiso para el combustible del transporte público, el Gobierno incidió en la aparente inflación controlada cuando ésta se le escapaba de las manos, exactamente igual que hoy cuando comprando 25 mil quilos de papas intenta idéntico efecto sobre la canasta familiar.
HACIA DÓNDE DEBEMOS IR
No hablemos de un país de fantasías ni en tiempos de campaña electoral de promesas o ilusiones. Seamos prácticos.
Pensemos al país en los términos de referencia que lo hacía Savater y veremos que el Partido Colorado es un instrumento ideal para lograr los cambios que se requieren y retornar al país a una senda de progresos donde la filosofía sea el interés general, y no la visión de un sindicato o de un grupo de poder, llámese gremio médico, religioso o de cualquier índole.
El Partido en su escenario reducido puede ser la llave para que la sociedad encuentre el instrumento del equilibrio.
Para ser el voto útil que nosotros mismos nos reclamamos las principales figuras del Partido antes o después de las elecciones primarias, deberían concertar un programa de acción de Gobierno para debatir y resolver internamente, para después hacerlo con quien llegue -por mayoría relativa- a una posición de Gobierno.
Debemos apoyar las ideas y ser la llave del destino.