Cámara de Diputados tributa emotivo homenaje al legislador Julio Fernández

Por unanimidad la Cámara de Diputados, presidida por Susana Pereyra, aceptó la renuncia a la banca del Mtro. Julio Fernández, convocando asimismo al suplente correspondiente, Rubenson Silva.
Pese a la negativa a todo homenaje, el diputado Julio Fernández, recibió un cálido saludo de parte de todos los partidos políticos, como de todos los sectores del Frente Amplio.
En el momento de fundamentar su voto, el primero que abrió el homenaje, fue el diputado Hermes Toledo Antúnez (PS, Treinta y Tres) que dirigiéndose a la Presidente de la Cámara, manifestó “no es de las fundamentaciones de voto más agradables que nos corresponde hacer, pero no podemos permanecer en silencio cuando un compañero renuncia a su banca en este caso, por razones personales más que justificadas y, menos aún, cuando se trata de una persona de la estatura de Julio.
Permítanme decir que Julio fue socialista -lo es aún- por más de cincuenta años, afiliado en la época en que daban un carné de tapa dura y de cuero, en su caso, firmado por don Emilio Frugoni.
Julio, primero, fue maestro, en todo sentido: maestro de escuela como decimos algunos en campaña, de Primaria, de UTU; maestro en la vida, en sus distintas actitudes de vida, pregonando siempre con el ejemplo. Fue un típico y ejemplar Diputado del interior, y dedicó gran tiempo no puedo decir que priorizó, porque cumplió con todas sus funciones a aquellas gestiones que conducían a obras en beneficio de la población de su departamento.
En 2005, a escasos días de asumir esta banca porque con Julio hemos sido compañeros durante ocho años, azotaba al país una gran sequía y, particularmente, a Rivera. Allí se abocó a trabajar en forma expresa y a convencer a la gente de OSE para que construyeran sendas represas en las localidades de Cerrillada y Vichadero, que habían soportado la sequía con camiones con agua.
Quiero decir que hasta hace pocos días recorrió, sin cansarse, oficinas, Ministerios y entes autónomos. Un poco en broma, quiero decir que donde había una bandera y un escudo, ahí llegaba Julio.
Para culminar, quiero decir que para los socialistas ha sido un verdadero honor haber compartido con Julio esta bancada y este período y medio de Gobierno. Le deseamos toda la suerte, y damos la bienvenida al compañero Rubenson Silva”, cerró su intervención Toledo Antúnez.
Por su parte, el Diputado Rubenson Silva expresó que “es difícil hablar en este momento, pero no podíamos dejar de hacerlo. Voy a contarles algunas cosas. Cuando tenía dieciocho años, Julio se afilió al Partido Socialista, hace sesenta y cinco años. No será fácil suplirlo; evidentemente no lo podremos hacer.
A Julio lo conocí en 1969, cuando yo tenía ocho años y estaba en tercer año de escuela; eran años duros. Ahí aprendí a conocerlo. Se dice que tercero es uno de los años que marca a fuego, y yo tuve el orgullo de que fuera mi maestro ese año. Me reencuentro con él en el Partido Socialista, cuando yo tenía veinte años, y estábamos saliendo de la dictadura. En 1984 es electo Edil, el primero del departamento de Rivera. Estuvo en la Junta Departamental hasta 1990. En ese momento seguíamos su día a día, su impronta, su trabajo. Empezamos a aprender de todo el Partido Socialista pero, particularmente, de él, la manera en que había que comportarse, cómo ser gente, cómo hacer política y a no discriminar.
En 1990 no logró acceder nuevamente a la banca y en 1995 me tocó sustituirlo en la Junta Departamental. Hice una experiencia de diez años allí, tratando de recoger lo que él había planteado entre 1985 y 1990 y que no se había logrado alcanzar, mucho de lo que luego se concretó.
En el año 2005 me tocó ser su suplente cuando asumió como primer Diputado del Frente Amplio por el departamento de Rivera. Todo eso significaba una carga pesada, pero le dio una impronta muy diferente al accionar tradicional de los Diputados de Rivera. Julio se dedicó a las obras, y durante el primer período de Gobierno se hicieron más de cien. Más allá de que es el Poder Ejecutivo quien las ejecuta, la mayoría de ellas se llevaron a cabo porque Julio golpeó puertas, insistió con los Ministros, Directores y todos los jerarcas del Gobierno, a quienes fue conquistando uno a uno con su simpatía y don de gente, lo que hacía prácticamente imposible que le dijeran que no, y si lo hacían, él volvía e insistía. Ese es el Julio Fernández que conocí y con el que aprendí a trabajar.
Desde el año 2005 sabía que en algún momento me tocaría suplirlo, pero por suerte no fue durante el primer período. Como se ha dicho, se trata de una mochila muy pesada; vamos a tratar de cargarla junto a los demás compañeros. Trataremos de responder con la altura de las enseñanzas que Julio nos dejó.
Para finalizar voy a decir: hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un tiempo y son mejores, pero hay hombres, como Julio Fernández, que lucharon toda la vida y que son imprescindibles”, concluyó.