Rivera, jueves 2 de mayo de 2024
El rincón del recuerdo:

Un viernes 27 de enero de 1967 se inauguraba la piscina de Oriental

Corrían los últimos días de setiembre del año 1964 y comenzaban las reuniones por parte de un importante grupo de socios de Oriental con la firme idea de comenzar a construir una piscina.
Sin duda alguna que la Prof. Susana Urrutia cumplió una misión realmente saliente, pero estuvo acompañada de un interesante grupo, la mayoría de ellas mujeres, que llevaron adelante el objetivo trazado.
Los riverenses no contábamos, en ese entonces, con un espejo de agua donde poder sobrellevar los intensos calores de los meses de verano.
De este lado de la Frontera, los más audaces teníamos que ir hasta Paso Serpa, pero no todos teníamos conducción para llegar hasta allí y nos quedábamos en las conocidas Laguna de Piñeiro o el Saucinho, pero los de mayor capacidad económica ya estaban asociados a algunas de las piscinas que ya funcionaban del otro lado de la Frontera. El Livramento Tenis Club y la piscina de Santa Rita ya cumplían.
El ingeniero civil José Pereira de Lima fue el encargado de los primeros estudios del suelo en predios del Parque de los azules. Fueron meses y meses de mucho trabajo, de marchas y contramarchas, de ideas, de ilusiones, pero también de desilusiones, hasta que a comienzos del 1965 se firmaron los contratos con la empresa.
En la primera semana del mes de marzo del año 1965 salieron a la calle muchos promotores ofreciendo títulos de la piscina, que ni siquiera se había comenzado a hacer el gran pozo. Los primeros 350 títulos que se vendieran serían para el ingeniero civil Pereira, que se hizo cargo de la obra a ese costo.
Los azules debían hacer frente a todo el resto de la infraestructura, como muros, vestuarios, baños, cantina y salón principal. Los primeros adquirentes de los títulos de la piscina fueron los encargados de integrarse en una comisión de obras que tenían a su cargo llevar adelante las obras del club.
Se destacaron los socios Emilio Fros y Lilión Simoes, quienes, junto al presidente de la institución, Claudio Machado, fueron quienes comandaron los trabajos. Cada socio debió aportar una sobrecuota con la finalidad de afrontar estos costos.
Pero, además, idearon una categoría de socios por cinco años y socios por diez años, amén de una categoría vitalicia para los de mayor aporte económico en efectivo y al contado.
Con el dinero recaudado se contrató al constructor Victorino López Puntos y se iniciaron las obras. Durante todo este tiempo, y mucho más en las terminaciones, hay que destacar la labor desempeñada por Benjamín Silva (Beijo) quien estaba al frente del mantenimiento y funcionamiento de la piscina.
Los pozos para proveer el agua fue una tarea llevada adelante por personal del Centro de Salud de nuestra ciudad a cargo de José Nilo Picapedra.
Sin embargo, hubo mucha indecisión en los meses previos a la inauguración oficial porque el dinero no alcanzaba para poder terminar las obras. Es más, los socios comenzaron a quedar desilusionados y, antes de seguir perdiendo dinero, gran parte de ellos resolvieron dejar de pagar las cuotas.
Apareció entonces Don Elías Bouchacourt, quien pidió un resumen de lo que faltaba hacer y su costo. No era poco, pero Don Elías hizo el esfuerzo supremo, entregó de su propio peculio todo ese dinero con la esperanza que todos se terminara y que los socios se pusieran al día para comenzar a usufructuar la piscina.
En ese momento, “cuando todos corran a pagar, Oriental me devuelve el dinero” habría dicho uno de los Bouchacourt. Ese era Elías, porque Alberto, que era el presidente, era mucho más previsor y estaba mucho más para el equipo de fútbol que para la ilusión de la piscina.
Las obras pudieron terminarse gracias a ese préstamo de último momento y la piscina quedó librada al uso de sus asociados (propietarios de títulos) el 27 de enero del año 1967. El corte de cintas lo hicieron la Prof. Susana Urrutia, autora intelectual de la obra y Don Claudio Machado, presidente del club en ese momento.
Elías, a quien se le debe ese último esfuerzo para sacar adelante la idea, nunca fue presidente del club mientras que Alberto falleció siendo el presidente.

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