Rivera, jueves 26 de diciembre de 2024

Triunfos de Rampla Juniors, Nacional y Cerro en la Liguilla de la Divisional B

Fue una tarde diferente la que se vivió en el comienzo de la Liguilla del Campeonato de la Divisional B. En el primer partido todo fue muy parejo, parecía que se terminaba cero a cero y a pesar de las buenas oportunidades perdidas por unos y otros, el resultado sería justo.
Un error defensivo marcó el comienzo de la diferencia, porque el que erró en un momento que no se puede errar, a falta de un minuto para el término del partido, fue Rampla Juniors. Luis Eduardo Silva, con pasta de goleador, eliminó al rival con tranquilidad y anotó lo que en ese momento parecía un triunfo seguro.
Restaba muy poco para el término del partido y absolutamente nadie podía suponer lo que iba a suceder en los instantes finales del cotejo. Centro al área de Unión y un golpe de cabeza, inatajable de Anderson Pérez para el empate.
Estaba bien, era lo que se merecía el partido: nuevamente empate en el marcador, y ahora con goles, pero un minuto más tarde, ya en zona de descuentos, un nuevo centro al área y otra vez el cabezazo inatajable de Anderson Pérez, un calco del anterior, decretando el gol del triunfo de Rampla Juniors.
Un desenlace increíble y que justifica plenamente el viejo axioma del fútbol que establece que un partido solamente se termina con el pitazo final.
En el encuentro de segunda hora, la sensación era Frontera, único equipo que fue a buscar refuerzos para la disputa de la Liguilla.
Cuatro nuevos jugadores y la realidad indica que prácticamente desarmó el equipo que venía jugando para incluir a los cuatro que llegaron y que hasta el momento no han justificado, en absoluto, la inversión realizada.
Por el contrario, no hay juego de equipo y lo que se intenta hacer es una suma de individualidades que difícilmente dan un buen resultado.
Nacional, equipo utilitario, tuvo un gran problema al quedarse con diez jugadores a los veinte minutos del primer tiempo por la expulsión de Miqueas Silva.
Setenta minutos a contramano pero con un esquema muy bien concebido por Alfredo Abimorad.
Nadie, en ningún momento del partido, advirtió el jugador de menos que tenían los tricolores y, a pesar de los cambios, los rojos no encontraron la fórmula para encontrar el hueco que deja ese jugador que le faltaba a Nacional.
Los intentos fueron vanos, los centros que llegaron al área encontraron una defensa férrea y un golero seguro pero también beneficiados con los centros frontales que mucho lo favorecieron al tricolor.
Un gol de penal y bien sancionado, que llegó de los pies de Marcelo Fontes, marcó la única diferencia en el partido. Antes y después hubo dominio aparente de los rojos pero intrascendente en materia ofensiva.
Fue un triunfazo de Nacional que se lo merece por la forma de haberlo logrado, con uno menos pero con aplicación táctica que solamente se puede lograr en función de equipo.
El tercer partido, el más esperado, en realidad no correspondió a la expectativa porque si bien es cierto fue aceptable desde el punto de vista futbolístico, no ofreció el espectáculo que debían protagonizar los dos mejores equipos que se han presentado hasta el momento en el certamen.
Guaraní empezó mejor pero un error defensivo le costó un gol en la ejecución de un tiro libre. Sin embargo, apenas movieron la pelota y en una gran jugada de Guaraní llegó el gol del rojo para el empate.
Luego vino la expulsión de Nilton César Machado a los 42 minutos del primer tiempo. Nuevamente un equipo con uno menos y Guaraní necesitaba terminar así el primer tiempo para ordenar pensamientos en el vestuario.
No hubo tiempo ni posibilidad alguna. En la hora de finalización de la primera parte llegó otro gol de Cerro, ante un nuevo error defensivo de los rojos que fueron sobre Marcos Ramos en la ejecución de un tiro de esquina, olvidando a dos albicelestes que estaban detrás.
Guaraní erró en el procedimiento en el segundo tiempo y en ningún momento, salvo un cabezazo de Julio Concepción, se vio la posibilidad del gol de empate.
Cuando todo estaba armado para el contragolpe de los albicelestes, casi en la hora llegó el tercero, como una mera anécdota que pasa solamente a los datos estadísticos del partido.

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