Sarandí campeón del Clausura y Huracán no desciende a la “B”
Había mucho por decidir, sin embargo, por una razón u otra, solamente se definió el título del Campeonato Clausura que fue para Sarandí Universitario.
Tampoco es una gran novedad puesto que jugaba ante Rampla Juniors que ya había descendido hace un par de fechas.
De todas maneras, al verdiblanco le costó un poco y recién en el comienzo del segundo tiempo logró sacar ventaja y encaminar el partido a su favor.
Con un resultado amplio a su favor y con catorce puntos ya seguros, los verdiblancos no corrían peligro porque solamente perdían el título para el caso que Huracán goleara a Lavalleja lo que, en lo previo ya aparecía como algo casi imposible por la paridad de los equipos.
Y Huracán ganó su partido (en la fotografía), pero la diferencia no alcanzó para llegar al título de la segunda rueda.
Sin embargo alcanzó para respirar con tranquilidad en la tabla del descenso habiendo logrado, con ello su permanencia en Primera División.
Por lo demás… ¡lamentable!
En la cancha de Sarandí Universitario en horas de la mañana ya había faltado un árbitro y en los dos partidos de juveniles un particular debió completar la terna, es más en el preliminar, el particular fue una dama, que según datos que poseemos estuvo muy bien (es que en realidad Nara ha realizado cursos de arbitraje y de orientador técnico con nociones perfectas de fútbol).
Pero con este antecedente se sabía que la situación para la tarde, cuando debían jugar Oriental y Deportivo Colina, iba a ser similar.
Según pudimos investigar, los integrantes del Colegio realizaron contactos y se había acordado la llegada del tercer integrante de la terna para el partido de Primera División.
No fue así, no apareció nadie y quedaron solamente Joel Etchechury y Julio Rivero con la enorme responsabilidad de decidir.
Se dice que Joel no estaba dispuesto a completar la terna de un partido de tanta trascendencia con un particular aunque afuera estaban ex-árbitros de notoria experiencia que pudieron haber completado la terna.
La responsabilidad pasó entonces a los clubes y Deportivo Colina quería jugar, de cualquier manera, mientras que Oriental no porque no quería hipotecar una situación complicada en la tabla con un árbitro no oficial.
Como no hubo acuerdo y de acuerdo al reglamento, el árbitro estampó la denuncia en el formulario y no se jugó el partido.
A esta altura de los acontecimientos los partidos en las canchas de Oriental y Peñarol ya habían comenzado pero solo uno terminó.