El ganador fue Peñarol, y lo festejó, pero también lo festejó Cuñapirú, porque a poco del final logró el gol que lo mantiene vivo con la esperanza del título, lo que unos minutos antes aparecía como casi un imposible.
Si bien es cierto que en el fútbol no hay imposibles y que hay decenas y centenas de ejemplos que determinan que el favorito muchas veces termina perdiendo, hay que convenir que dos goles de diferencia más la ventaja deportiva que llevaba Peñarol a esta instancia, eran más que suficientes para enfrentar, la semana que viene, con muchísima tranquilidad.
A los noventa minutos de juego, y con el resultado de dos a cero a favor del aurinegro, determinaba que en la revancha los tricolores debían lograr al menos tres goles de diferencia. En una final donde se suponen que juegan los dos mejores equipos (cosa que sucede en este caso), es difícil que haya una diferencia de tres goles.
Pero Peñarol había hecho todo muy bien y cuando hizo circular la pelota dominó, pero cuando intentó restar de cualquier manera, jugando al pelotazo fue superado. Claro que un gol a los nueve minutos de juego cambia el libreto del partido. Cambia para un técnico y también para el otro, pero también los nervios comienzan a jugar su partido aparte.
Los minutos pasan, la pelota no llega bien jugada al área y Cuñapirú comenzaba a desesperarse y a buscar la jugada que le permitiera llegar, al menos al empate antes de finalizar el primer tiempo.
No fue así. Uno a cero a favor de Peñarol y en el complemento con Cuñapirú decididamente volcado al ataque y con Peñarol buscando administrar el resultado parcial que le era favorable, hubo una jugada realmente insólita que cambió radicalmente el rumbo del partido.
Coincidentemente también a los nueve minutos, un ataque de Cuñapirú que termina siendo salvado por un defensa aurinegro en la línea cuando muchos ya coreaban el tanto del empate y de allí nace un contragolpe que termina con la carrera de Álvaro Costa, con la pelota delante y con todo para resolver ante la salida de Lautaro Márquez y gol de Peñarol.
Ahí estaban dos a cero y así fue hasta los noventa minutos. Cinco más fue el gesto de Robert López y en el segundo minuto un choque de cabezas entres dos jugadores que caen y requieren atención, el de Cuñapirú se recupera, el de Peñarol se queda afuera de la cancha y mareado.
Momento de indecisión que aprovecha Luciano Peres para anotar el descuento que más que eso es la posibilidad abierta de disputar palmo a palmo el segundo encuentro final de la semana que viene.
Es obvio que Peñarol igual lleva ventaja porque está dos goles arriba, el del partido y el de la ventaja deportiva, pero en fútbol parejo, dos no es lo mismo que tres. Es por eso que al término del partido los dos festejaron.
LOS DETALLES
PEÑAROL 2 CUÑAPIRÚ 1
Cancha: Parque “Alberto y Elías Bouchacourt”. Hora de comienzo: 16:00. Jueces: Robert López, Wilmer Rodríguez y Marcio Echeverriaga. Cuarto árbitro: Aldrin Suárez.
PEÑAROL: Kevin Darío Polocastro, Nahuel Zufiría, Enzo Fernando Cal, Gadiel Fernández, Kevin Prestes, Gianluca Barboza, Nicolás Guillermo Bittencourt, Alcides Damián Varela, Bruno Daniel Guedes, Yury Michel Oyarzo y Avaro Fernando Costa.
Cambios: Agustín Silveira por Gadiel Fernández; Rafael Mendiondo por Yury Oyarzo; Lucas M. Hernández por Bruno Guedes; Brahian Alejandro Kotogián por Álvaro Costa; Neuber G. Delgado por Agustín Silveira.
Goles: Nahuel Zufiría a los 9’ del primer tiempo y Álvaro Costa a los 9’ del segundo tiempo.
CUÑAPIRÚ: Lautaro Márquez, Luciano Peres, Pietro Silveira, Facundo Ruiz, Nicolás Sánchez, Emiliano Rodríguez, Mateus de los Santos, Juan G. Xavier, Bruno Sandín, Maximiliano Rodríguez y Nahuel Nizarala.
Cambios: Gabriel Bentos por Maximiliano Rodríguez; Agustín Montaño por Juan G. Xavier; Lucas Francia por Nahuel Nizarala; Kelvin Morales por Facundo Ruiz; Matías Costa por Mateus de los Santos.
Gol: Luciano Peres a los 47’ del segundo tiempo.