Rivera, sábado 11 de enero de 2025

Las cosas se arreglan en casa, y con espíritu amateur…

(Por Pedro Ramón Clavijo) Más allá de que se manejan cifras y que los futbolistas, los directores técnicos, preparadores físicos, y mucha gente que trabaja en el fútbol pueden recibir entradas por algo, no se debe de perder de vista, que hablamos de fútbol amateur.
Ese espíritu que en la vida, llevó a que todo se arreglara en casa, de palabra y asado de por medio. El fútbol del interior, fue, y debe seguir siendo, un entretenimiento de amigos, que resulta de pasatiempo, para compartirlo con la vida cotidiana. Nada más. Por eso, hay que ubicarse y no dejarse deslumbrar por las luces de este tiempo. “Tan consumista, súper mercadista, globalizado y demasiado marquetinero”. No podemos acceder a semejante tiempo, atando con alambre las cosas, porque cada vez, menos recursos tenemos. Entonces, ubiquemos las realidades y no nos vayamos más allá de lo que podemos.
Está claro que los árbitros tienen aranceles y que han logrado llegar incluso a llegar acuerdos por partidos, debe quedar entendido, de que son partidas por realizar un servicio, que lo pueden hacer diferentes personas y no uno con estricta responsabilidad siempre. Desde el momento que una terna, puede actuar una vez, cinco o ninguna, no hay una relación de dependencia directa aparente. Nadie tiene obligaciones estrictas, ni horarios fijos diarios, mensuales o semanales que cumplir. Pero más allá de esto, está la contienda que aparece y que se debe tener en cuenta.
Lo primero es que el fútbol debería dirimir sus rencillas dentro del ámbito interno. Aunque es legal hacerlo, es mejor que lo del fútbol, lo arregle el fútbol mismo, y que la comparecencia en el Ministerio del Interior por parte de los árbitros, traiciona el espíritu y el código que el fútbol debe tener. Es como ventilar lo que pasa en el vestuario y eso no es de gente de fútbol.
Todo el mundo tiene derecho a reclamar por sus derechos, pero se deben hacer en los ámbitos que correspondan.
Entendemos que los árbitros pertenecen al fútbol del interior y que no corresponde reclamos fuera de él. Primero porque es fútbol amateur y segundo porque allí, el dinero no abunda y que los clubes no pueden soportar más erogaciones. En cada club quedan tres dirigentes a lo sumo, que ponen dinero, dedican horas y pocas satisfacciones reciben. Encima, si deben seguir poniendo dinero, se van a seguir cansando y cada vez quedarán menos.
Esto no es fútbol profesional. Si lo quieren elevar, que vayan al profesionalismo y en cada departamento o región, hay un equipo. Allí sí, tienen su lugar.
Es seguro, que OFI, ha planteado una actividad exigente, de todo el año. Es cierto, que la gente pretende que los árbitros tengan el mejor conocimiento para que les piten a sus equipos. Es verdad que los jueces son el chivo expiatorio de mil reclamos, y que deben hacer cursos, concurrir a entrenamientos y a charlas para capacitarse. No es menos cierto que los jugadores también están sometidos a entrenamientos en muchos casos rigurosos, porque se quiere llegar alto.
Pero todo sale de las mismas arcas y generalmente son unos pocos los que deben poner para atender los gastos. Acaso las horas y los beneficios que se realicen permitirán cumplir con esas obligaciones.
Volvemos al principio, el fútbol es amateur y con ese espíritu se debe tomar. Acaso, hace sesenta años, se buscaba a un vecino en la tribuna y hacía el partido con dos líneas, hinchas de cada equipo. También arbitraban sin alambrado olímpico y las canchas se llenaban, incluso más que ahora.
Todos tienen derecho a reclamar, pero seamos realistas. Cada vez el fútbol interesa menos, va mucha menos gente, hay más variedad, los espectáculos compiten con las grandes ligas. No miremos tanta TV, y pongámonos en el lugar, donde nos corresponde estar. Los dirigentes se cansan, se van a su casa. Se quedan tranquilos. Es más, se ahorran unos cuantos pesos también.
No hay que ir más allá, al tiempo que por ser así, también se deben arreglar las cosas dentro de casa. Como se dice en la misma jerga de cualquier futbolero.
“Arreglemos las cosas dentro del vestuario”. En este caso, en la propia OFI, conversando, sin perder el espíritu amateur que nos anima. Es lo mejor, es de gente de fútbol.

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