Rivera, sábado 12 de abril de 2025

Entre la pasión y la susceptibilidad…

El domingo, a las tres de la tarde, comenzará la final de la primera rueda de la Divisional B. Resulta complicado y difícil escribir acerca de un partido donde la susceptibilidad está a flor de piel, especialmente por quienes dirigen a los equipos que van a jugar el título de la primera rueda.
El recelo y la quisquillosidad están aflorando en cada uno de los comentarios que se hacen antes o después de los partidos. Hoy hay quienes se sienten con el derecho a ocupar cargos que no les corresponde, porque a nosotros jamás se nos ocurriría ordenar un cambio o señalarle al árbitro qué debe sancionar cuando se está en pleno partido.
Puedo estar de acuerdo o no con las decisiones de los técnicos, de los árbitros y hasta de los jugadores, pero reconozco que no es mi función. Sin embargo, no hay reciprocidad. No hay correlación y mucho menos una reciprocación desde el otro lado.
Lamentablemente no hay una visión interna en relación a la función que cumplen porque todos somos seres públicos y desempeñando una función que es criticable. Y es ahí que llega el concepto de crítica y fundamentalmente el de autocrítica.
Porque el pensamiento crítico es la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos. El pensamiento crítico no es un concepto nuevo ni mucho menos, de hecho, su origen se remonta a la antigua Grecia: Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica, Aristóteles y su retórica.
Parece lógico que para un partido de fútbol no es necesario ir tan lejos y mucho más cuando se trata de un campeonato que, guste o no, es amateur, que debería jugarse para la correcta recreación de los jugadores y técnicos que pasan una semana trabajando en los más diversos lugares, en la calle, como policías, soldados, enfermeros, empleados, o patrones, pero todos bajo una presión y que el fútbol debería desestresar el domingo en una cancha.
Pero por estos lados parecería que es exactamente al revés, llevamos todo el estrés a una cancha de fútbol y la descargamos con quien se ponga delante. Porque el estrés no es otra cosa que una respuesta natural del cuerpo a situaciones o pensamientos que generan tensión o preocupación.
Y las causas pueden ser a raíz de situaciones difíciles, en la casa o en el trabajo, puede ser una frustración, ira, o nerviosismo. Hay muchos que están demasiado nerviosos y miran solamente el árbol sin ver al monte detrás.
Esperemos que haya al menos respeto por la función de cada uno. El hincha en la tribuna, el jugador en la cancha, el técnico en su lugar de trabajo y el árbitro en su tarea de arbitrar, que no es otra cosa que intervenir, mediar, juzgar, conciliar, decidir y determinar con su poder discrecional cada una de las jugadas de un partido de fútbol.
Pero que además se nos permita a quienes también vamos a cumplir un trabajo, aunque para nosotros sea un hobby, hacer nuestra tarea con la tranquilidad que debe tener quien está para emitir juicios ante lo que está mirando sin necesidad de estar presionado por unos y otros, y hasta el punto máximo de señalar que hacer.
Entonces, a raíz de todo esto, vamos a la tarea más sencilla, que nunca la aplicamos pero que en esta oportunidad es menester, el lunes comentamos lo que vimos el domingo y estará la foto de uno de los equipos levantando la copa. Nos vemos el domingo en la cancha… (Freddy Silva)

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