El decano, con un gol en la hora, es el líder; Peñarol empató a los 90’
Fue una jornada atractiva, con dos buenos encuentros, agradables, bien jugados y todo a pesar de la escasez de goles.
En el preliminar, Lavalleja y Huracán demostraron una paridad casi total que difícilmente alguien iba a suponer el desenlace final del encuentro.
Es que se jugaba el minutos 90 y el árbitro ya señalaba los minutos que iba a adicionar cuando llega el tanto de Gustavo Benítez que al decir de los viejos relatores de fútbol fue “de otro partido”.
Este partido era para empate y quizás con algunos goles porque hubo méritos para ello, pero empate al fin.
Tácticamente bien jugado, las piezas se movieron con sapiencia por parte de uno y otro técnico al punto que en muchos sectores de la cancha se anularon mutuamente.
Y poco a poco fuimos llegando al final sin que surgiera ninguna posibilidad de cambiar el resultado.
Pero, en la hora llegó el remate de Benítez que hacía pocos minutos había ingresado a la cancha, y remató fuerte, con muchas camisetas en el camino y David Freitas no pudo siquiera adivinar la trayectoria.
Con ese gol y sumado al empate en el partido de fondo, el decano es el único líder al finalizar la segunda fecha porque quienes juegan el miércoles, en el complemento, no alcanzarán al albinegro en la punta del certamen.
MARCOS RAMOS SALVÓ UN PUNTO
Fue un gran partido el que protagonizaron azules y aurinegros, con entrega, virilmente disputado, con pierna fuerte, con emociones y muy buenas atajadas tanto de un lado como del otro.
Ya en el primer tiempo se advertía que, si bien es cierto el resultado parcial era de empate sin goles, el gol iba a llegar en cualquier momento.
Y este llegó en el comienzo del complemento, cuando Sergio Silveira picó, le ganó a los zagueros y se enfrentó solo al golero aurinegro para anotar la apertura.
Peñarol que no estaba jugando bien, se perdió casi por completo por varios minutos y de no mediar circunstancias que no conocemos, no compartimos los cambios realizados por ni a Rossano ni a Rodrigo Silva los hubiera quitado del equipo.
Pero aun así, sin fuerzas, casi desflecado al sentir el impacto del gol azul, Peñarol lo intentó hasta los minutos finales del partido,
Y del otro lado, Sergio Silveira se quedó sin fuerzas y debió ser sustituido, ya lo habían sacado a Diego Suárez de muy buen primer tiempo pero ya tenía tarjeta amarilla y en el final se lesionó Santiago Trinidad.
Pero aún con todos esos problemas, en el final del partido el azul se perdió la gran posibilidad de liquidarlo, de asegurarse los tres puntos porque hubo chances para ello que no se concretaron.
Y así, y con la vieja premisa de que quien no hace en el arco ajeno los sufre en el propio, ni siquiera con la magnífica actuación de Yian Luca Rosa, pudo evitar que Peñarol llegara al empate.
Es que en realidad no fue Peñarol, fue Marcos Ramos, inteligente, goleador, conocedor del fútbol, que sacó un remate inatajable estando en una posición que no era la de él, pero que era la única donde estaba solo, sin marca.
Y con ese gol salvó a Peñarol de una derrota segura y rescató uno de los tres puntos en disputa.