Dudas, lluvia, barro y agua en la etapa de fútbol jugada ayer
Desde las primeras horas de la mañana los teléfonos ya estaban sonando.
Dirigentes, técnicos y jugadores buscaban la confirmación de la actividad de la sub-15, de la Divisional B y hasta el fútbol infantil.
Fue precisamente el fútbol infantil el primero en suspender la actividad, no había condiciones, las canchas estaban embarradas y no había motivo alguno para arriesgar el físico de los más chicos.
Luego el tiempo dio la razón a quien había adoptado la decisión de suspender a pesar de algunas críticas recibidas.
En cuanto a la sub-15 ya no había tiempo reglamentario para la suspensión y todo pasaba a depender de los árbitros.
En el momento que comenzó el partido entre Huracán y Nacional no llovía, pero el estado del tiempo era amenazante.
Y comenzó a llover, y paró, y volvió a llover para no cesar más hasta el final del primer partido.
Una vez que se había jugado el primero, era obvio que se iba a jugar el segundo y el encuentro entre Peñarol y la Escuela AABB se jugó, íntegramente, bajo agua.
Casi lo mismo sucedía en Lavalleja donde todos aguardaban, con expectativa, el comienzo del primer partido entre Unión y Nacional.
En la cancha de Lavalleja corrió el rumor que Oriental no iba a ceder la cancha por lo que se estuvo a punto de suspender, pero se aprovechó un momento de cese de la lluvia para comenzar el partido.
Después se jugó con relativa normalidad y con un comentario que se hizo eco en el Parque “Pedro Estévez”, del club Lavalleja: “las dos semanas anteriores, que fueron suspendidos los partidos de la B, hubo mejor estado del tiempo que el que nos tocó vivir”.
De todas maneras, desde el punto de vista reglamentario, irreprochable porque los árbitros no tuvieron, en ningún momento, un argumento para suspender la actividad. No hubo tormenta eléctrica, las líneas, dentro de todo, se veían y la pelota picaba, a menos que cayera en algún charco de agua…