Rivera, jueves 28 de noviembre de 2024

Con un gol marcado y varios errados le alcanzó a Huracán para ganar

Lavalleja no pudo reiterar virtudes demostradas hace siete días y relegó puntos importantes, tanto que la victoria de Huracán le permite a Peñarol ampliar ventajas en la tabla anual máxime que también perdió Deportivo Colina.
Fue un partido discreto, con escaso fútbol y con un decano apagado.
Huracán demostró lo que siempre se ve en el conjunto del “globito”, ganas, esfuerzo, grupo y un trabajo colectivo que es envidiable.
Pero además tiene posibilidades, cuando no hay gol, cuando tienen problemas para que la pelota le llegue a Leonardo Alvez, tienen otras posibilidades y las utiliza.
Como la semana pasada en el empate ante Sarandí Universitario, con la misma fórmula.
Tiro libre a poco de la finalización del primer tiempo, la ejecución perfecta de Rodrigo Sena y la pelota que revienta en el travesaño, pica en el suelo y se mete en el arco decano.
Un gol que vale tres puntos, un gol que sirvió para enfrentar el segundo tiempo de una manera diferente.
En el complemento toda la responsabilidad era para el albinegro que incluso manda a la cancha a tres jugadores juntos quedándose sin cambios para todo el resto del partido.
José Luis Díaz, Alex Sandro Rodríguez y Michael Ribeiro a la cancha con la enorme responsabilidad de cambiarle la cara a un conjunto decano que estuvo muy lejos de sus reales condiciones y no pudieron.
Es más fue Huracán quien tuvo chances de ampliar el resultado en dos oportunidades, una de Alex Sandro Rodríguez y otra de Jeremías Rodríguez y en ambas les ganó la experiencia de José Luis Díaz para quedarse con la pelota.
Victoria que se logra con la utilización de una jugada que es muy oportuna para momentos de difícil solución.

SARANDÍ ENCONTRÓ EL CAMINO DEL GOL Y ANDERSON PÉREZ FUE EL ARTÍFICE

En un certamen donde la característica ha sido la paridad y los pocos goles conquistados, la victoria de Sarandí Universitario ante Nacional sirve, al menos, para ilusionar al parcial verdiblanco.
Seis a cero, tranquilidad absoluta y dominio total en el campo de juego sin que, en ningún momento, corriera algún tipo de peligro.
Es cierto que todo se vio favorecido con un “gol de vestuario” logrado en la ejecución de un penal a los dos minutos de juego.
Luego el verdiblanco, ya dominador del partido, se encargó de anotar un gol cada quince minutos, por lo menos en el primer tiempo.
De todo tipo y color el show de goles de Anderson Pérez que logró cuatro y pudo haber conquistado al menos dos más.
Sin un rival que le opusiera resistencia, el segundo tiempo se cumplió tan solo por cumplir y a la espera de más goles verdiblancos que, en definitiva se conformó con la media docena y los tres puntos realmente trascendentes para todas las tablas.
Fue, en definitiva, el reencuentro del actual campeón del fútbol riverense con su mejor fútbol aunque no se puede echar campanas al vuelo ya que el rival le facilitó muchísimo el trabajo.
Sin embargo hay que destacar que una victoria y mucho más cuando es con goleada y cuando uno de los jugadores conquista cuatro goles en el partido, sirve, al menos para entonar y quedar a la espera de la formal recuperación de un equipo verdiblanco que hasta el momento no había logrado rendir de la mejor manera, por lo menos de acuerdo a lo que son sus antecedentes inmediatos.

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