La fiesta golpea el corazón y celebra el (aparente) fin
“Calle Brasil, calle larga
como esperanza de pobre (…)
Calle Brasil, vivo unido
a ti por muchos recuerdos.
Calle Brasil de noche te atavías
con tu vestido de sombras
y te tornas sugestiva.
Le haces guiños picarescos
con alguna lamparilla
al silencio que te ronda
desde las calles vecinas,
y te emborrachas de luna
hasta quedarte dormida.
Y por eso (…)
es que me siento tan tuya
y es que te siento tan mía.”
Olyntho Maria Simoes
I
El moshing, pogo o slam, es un tipo de baile en un recital generalmente de música pesada, y sobre todo las derivadas del punk o del rock, asociada con estilos más “agresivos” como el hardcore punk. Su invención se atribuye a Sid Vicious, bajista de Sex Pistols.
Al parecer en Londres, en un toke no había escenario, y la banda estaba al mismo nivel que el público, y como parte del público no podía ver nada, comenzaron a saltar para poder verlos, empujándose bruscamente.
La etiqueta del pogo, frecuentemente, incluía ayudar a aquellos que se caen, y no intentar derribar al otro. El verbo moshata, que significa to mosh en inglés, “golpear” en español, se refiere tanto a golpear como a mover la cabeza.
El mosh se realiza de forma diferente dependiendo del género musical. En el metalcore es en donde el mosh se convierte a veces en peleas con patadas y golpes (también conocido como “hardcore dancing”). El mosh en el punk, slam, o pogo es diferente. Se involucran más los empujones con brazos estirados con menos golpes intencionales. Comúnmente consta de hacer un ciclón donde todos siguen el mismo curso, saliendo algunos disparados por empujones. Siendo un movimiento más uniforme, permite que las personas que no quieran participar de este se alejen.
En su mayoría, la galera fronteriza, se identifica con la cultura underground, alternativa, la ideología anarquista y/o el movimiento punk y sus derivados.
II
Este sábado 5 de octubre a partir de las 21 horas en el escenario Brecht-Boal, Calle Brasil Cultural cerrará puertas, ventanas, presencias artísticas, sociales y animales; el lugar desde donde hace más de 3 años se dieron cita 500 artistas y productores culturales en variadas áreas: club y clases de ajedrez, taller de artes plásticas para niños y niñas, pintura mural, referentes de las plásticas, la literatura, la edición de libros, la música, la religión de matriz africana, poetas, que presentaron sus procesos creativos. Exposiciones fotográficas, talleres de teatro, de escritura creativa, ciclo de poetas relevantes y emergentes, espectáculos teatrales del TTI-Riveramento, espectáculos musicales y presentación de obras de arte escénico de otros lares, nacionales y extranjeros.
En estos 3 años pasaron por nuestro centro cultural, escenario Brech-Boal y biblioteca comunitaria Nélida Marina Higgie, más de 3000 espectadores, frecuentadores, lectores, huéspedes (también alojamos a artistas y personas que no tenían lugar donde quedarse).
El CBC supo ser referencia para la cultura, el arte y la diversidad en Riveramento, allí adonde, dicen, se encuentra el tesoro del Barón (nosotros excavamos por toda la casa y nada encontramos, ¡ufa!) Nos hubiera servido para saldar las cuentas, a pesar de injustas (ver edición anterior: “Carta Abierta La Calle se va a la Calle”).
III
Calle Brasil Cultural, se va. Pero se queda. De otra forma. Con pocas variantes espirituales. Tal vez como “Calle Brasil Cultural Nómada” centrada en la gestión cultural democrática, inclusiva, diversa, con calidad y calidez.
Nos vamos desde calle Brasil 456 esquina Ansina. Calle Brasil: “calle larga como esperanza de pobre” de nuestro poeta mayor Olyntho Maria Simoes. Afectos, emociones, intensidades, creación, poiesis.
Nos vamos con música, baile y política; con Punk, Mosh, Pogo y Anarquía. ¡Celebrando el cuerpo y lo mejor de la vida!
Nos despediremos (sin despedirnos) gracias a Canibal Produçoes que presentará a las bandas: Pankadaría, Nunca Pintó, Insectas y Disector.
Los y las esperamos para mover el esqueleto, “violentamente tierno” (como nos enseñó el Ché).