Corazón sin coraza – Centenario de Benedetti
I
El próximo 14 de setiembre se cumple el centenario del escritor, periodista, ensayista, dramaturgo, integrante de la generación del 45, “militante de la vida”, militante del 26 de Marzo (Frente Amplio) y sobre todo, poeta. Poeta Benedetti, incorporado definitivamente a la leyenda oriental.
Nacido en Paso de los Toros y criado en Montevideo, estudió en el Colegio Alemán, liceo Miranda, dirigió la revista literaria “Marginalia” y a seguir se integró al equipo de redacción del semanario “Marcha”, faro democrático del periodismo progresista, luz extendida hasta el día de hoy, a través de “Brecha”.
“El olvido está lleno de memoria.” Y su corazón nunca fue coraza ni desmemoria, la lucha por los DDHH y por los desaparecidos políticos durante la dictadura cívico militar, norteó su vida y su escritura. También participó en el cine con su libro “La Tregua”, que fuera nominada al Oscar de mejor película extranjera en 1974.
II
Quiero decir que la amorosa luz (cuasi) primaveral montevideana, funcionaria pública e inventariada en sus libros (la palabra es una forma del amor) habitaba su corazón:
“¿Podré con esta llave
entrar en los amores del crepúsculo?
Ojalá amemos sin bochorno
ojalá amemos
ojalá”
No puede haber dolor en nos-otros. Sus 88 años no lo permiten. Sus años, su escritura, su vida no fueron en vano. Nacedor de tantas escrituras, no dejará de bendecir a quienes despertaron de su rutina de barrosas horas y anochecieron frente a un poema de Benedetti:
“Porque te tengo y no
Porque te pienso
Porque la noche está de ojos abiertos
Porque la noche pasa y digo amor…”
Mario vate, vaticinó un otro mundo mejor. Pero no allá lejos, el reino de la bóveda azul, sino en este: en el que le toca a los pobres y marginados que se desviven y se desmueren (como cucharas muertas vallejianas. Cesar Vallejo era su gran confluencia).
También a ellos, a los de la oficina pública, a los del campito y el asadito dominguero, del ranchito en la playa, la clase media, tan aburrida y previsible a los constructores del país suiza de américa, “el país de la cola de paja” (nombre de un polémico ensayo suyo).
Un mundo mejor: un país, una ciudad donde “la gente viva feliz, aunque no tenga permiso.”
“Cuando la corrupción se convierte en costumbre genera inevitablemente una falsa ética: quien se resiste a entrar en el juego sucio es un débil, un tímido, un estúpido. La escéptica comprobación de Séneca -‘Los que antes fueron vicios ahora son costumbres’- podría ser un diagnóstico de este siglo”.
La vida es ese breve paréntesis.
“Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido”
III
Su vida y su poesía despertaron pasiones. Su muerte, consagró su permanencia.
“Cuando llegue el momento de ser nadie, el mundo seguirá y no lo veremos. (…) Lo cierto es que no somos dueños de este cuerpo, tan sólo lo alquilamos, hasta que llega el óbito y nos da desalojo. Y entonces ser nadie es bastante menos que ser poco”.
El lunes 14 de este mes, la noticia no será solamente la muerte por virus o el COVID, sino también, celebraremos a lo largo y ancho del país, la vida poeta de Mario Benedetti. En la luz y en la sombra. Junto a la poeta Idea Vilariño. Dos centenarios.
“Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (…) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas, este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (…)”.