Cajeros automáticos: un problema que se repite

En un corto período de tiempo el uso de los llamados “Cajeros automáticos”, prácticamente se ha universalizado, siendo mayoritario el uso de la red BROU. No tenemos cifras de cuantos son hoy los riverenses que hacen uso de este adelanto que indudablemente llegó para transformarse en un beneficio y no un suplicio. En primer lugar llama poderosamente la atención que en una ciudad como Rivera, se instalen tres servidores prácticamente en la misma zona.
Los dos primeros, ubicados en el BROU y el otro en la Intendencia, respectivamente, es decir prácticamente uno frente al otro, mientra que el más reciente, que ha significado un desahogo, debemos reconocerlo, se mantiene prácticamente en el centro sobre Avda. Sarandí.
Significa entonces la necesidad de largos desplazamientos para quienes viven en diferentes zonas de la ciudad. Por otra parte, en el caso del más reciente, ubicado sobre el predio de Ta-Ta, no se contempla las necesidades de personas con discapacidades físicas, es más, aún sin tenerlas los escalones se le hacen complicados a muchas personas de edad.
El mayor de los inconvenientes surge en cuanto a resguardo, en especial los días de lluvia, pero también ante la necesidad de protegerse del sol. Salvo el caso del cajero de la Intendencia, los otros dos dejan al usuario completamente a la intemperie.
Lamentablemente cada vez que coinciden días de inclemencias, con el pago de pasividades se ven largas filas con jubilados soportando esta situación. Claro que se nos podrá decir que siempre les queda la posibilidad de concurrir al banco y cobrar allí.
Es cierto, pero no debemos perder de vista, que en definitiva la institución se ve beneficiada por el servicio que presta, por lo que creemos debiera mejorarlo en ese sentido.