En dos años, el Ministerio del Interior registró más de 38 mil armas de fuego
Desde su creación en 2017, el Registro Nacional de Balística Forense (RENABAFO) del Ministerio del Interior lleva registradas más de treinta y ocho mil armas de fuego en manos de policías y civiles. En dos años, el registro permitió el esclarecimiento de ciento sesenta y ocho casos.
Según informó el Ministerio del Interior, desde su creación en enero de 2017, se registraron 38.261 armas de fuego. El 2018 marcó un descenso en la cantidad de armas registradas, pasando de 20.186 en 2017 a 18.075 en el último año.
En declaraciones difundidas por la cartera, el Director del Registro Nacional de Balística Forense, Gustavo Hernandorena, explicó que las armas se registran cuando se venden en las armerías, cuando se hacen ventas entre particulares o cuando un personal renueva el Título de Habilitación y Tenencia de Armas (THATA), el permiso exigido para portarlas.
Para registrar cada arma, en el RENABAFO realizan un “disparo de prueba”, que permite incorporar a la base de datos la “huella” del arma a partir de las marcas que quedan en los proyectiles. El Registro Nacional de Balística Forense ya lleva realizados cinco mil sesenta y un informes balísticos. Además, en dos años se incautaron sesenta y seis armas.
“PARA NOSOTROS ENCONTRAR EL ARMA QUE DISPARÓ EN
UN HECHO ES CERRAR UN CÍRCULO EN LA INVESTIGACIÓN”
Según Hernandorena, la implementación del registro es de suma importancia para el esclarecimiento de los hechos donde son protagonistas las armas de fuego. El armado del archivo cuenta de varias etapas: al trabajo de campo en las escenas del crimen le siguen la documentación de todas las armas policiales conjuntamente con las nuevas que se vayan comercializando en las armerías, culminando con las que ya se encuentran en poder de la población.
El Registro Nacional de Balística Forense permitirá tener un amplio y actualizado archivo de las armas y elementos que serán determinantes para cooperar con la Justicia. “Los civiles que obtengan armas deben dirigirse indefectiblemente a la Dirección, o a los lugares designados para realizar los disparos de prueba, donde se emitirá un certificado que lo habilite a tenerla (independientemente del certificado del THATA”, explicó.
En una escena de crimen, el área de balística recoge una vaina o un proyectil y crea un archivo, al encontrarse otras similares se van analizando y comparando con los registros existentes, si estos no coinciden se archiva y continúa su búsqueda hasta llegar al arma que disparó, ya sea que la misma se encuentre en un hecho o sea incautada en cualquier procedimiento por la policía.
“Para nosotros encontrar el arma que disparó en un hecho es cerrar un círculo en la investigación, para balística, tal arma disparó en tales casos y punto”, expresó Hernandorena. “Esa evidencia se le transfiere a los investigadores de campo, que son quienes deben averiguar si la persona a la cual se le incautó el arma fue quién la disparó o no, o si tiene vinculación con el caso, ya que en muchos casos las armas utilizadas son prestadas, transferidas o mismo alquiladas entre delincuentes, lo que necesita de otro tipo de evidencias para determinar quién disparó”, sostuvo.