Cincuenta años de la Parroquia Sagrado Corazón
(Especial para NORTE, por Jesús Pallares) En el día de ayer, domingo, celebramos los cincuenta años de la fundación de nuestra Parroquia Sagrado Corazón. Un camino recorrido desde el 5 de marzo de 1967, que no fue fácil, principalmente en los últimos tiempos, pero que debe ser un motivo para que saquemos fuerzas de flaquezas para seguir recorriéndolo.
¿Qué es una Parroquia? Una parroquia es una comunidad de cristianos pertenecientes a la Iglesia Católica Apostólica Romana que se identifica con un territorio específico. Esto significa que refiere a los cristianos que conviven en un determinado territorio y que se organizan en el mismo para las tareas religiosas y la recepción de sacramentos.
Las parroquias suelen estar representadas por un edificio concreto (llamado Sede) donde dichos cristianos se reúnen; este hecho hace que generalmente se alude a dicho edificio con el término en cuestión. Las parroquias dependen de una diócesis concreta que se encuentra bajo la autoridad pastoral de un obispo.
El 5 de marzo de 1967, hace cincuenta años, el entonces Obispo Diocesano, Don Miguel Balaguer, atendiendo las necesidades de una zona de la ciudad, firma el acta de fundación de la Parroquia Sagrado Corazón en la ciudad de Rivera.
Además, se designa para desempeñarse como Párroco al novel Sacerdote, ordenado en enero de 1965, Edgardo Mendiondo, y de aquí en adelante no podremos separar ni un instante hablar de esa Parroquia sin asociarla con él.
Aquí se crea esa simbiosis Cura-Parroquia, Parroquia-Cura, para escribir una historia que hoy completa medio siglo.
La Parroquia nació sin sede física, por lo cual había que comenzar de cero; fue toda una lucha para financiar desde la compra de un terreno hasta llegar a la construcción de un edificio.
La Parroquia logró por el impulso de todos y especialmente de la juventud que con su carisma reunió su Párroco sortear esa primera etapa.
Luego vinieron las obras sociales, como la tentativa de la creación de una cooperativa de viviendas que no se llegó a plasmar pero que dio igualmente lugar a la construcción por varios integrantes de la comunidad, de varias casas en Mandubí que hoy son testigos de esa lucha.
Se creó el Taller de Nazaret, donde se impartía enseñanza de oficios a gente de pocos recursos y que adquirían conocimientos que les permitía trabajar en algo positivo y que les diera una fuente de sustento.
El comedor que un poco con ayuda Oficial y otro con el esfuerzo propio y de toda la comunidad cumplía su rol sirviendo los almuerzos a gente que lo necesitaba. Acá me detengo un instante, ¿quién no recuerda a los jóvenes del grupo de la Parroquia que se recorrían toda la zona con un carrito de supermercado recibiendo la donación de verduras, enlatados, paquetes de víveres para alimentar a la olla?
Paralelamente el merendero, durante las tardes atendido por gente de la comunidad, servía merienda a los niños que allí concurrían.
Los campamentos ya en La Paloma, ya en San Gregorio, que servían para galvanizar la amistad y la fe reuniendo a jóvenes y adultos en alegre convivencia Galería, “la mano que se extiende para recibir y la otra que se extiende para dar” un evento que nació para atender las necesidades que anotábamos más arriba, de la creación de la Parroquia y su templo. Que se impuso en el correr de los años, y sobrevivió a todos los cambios generacionales y que este año llegará a su edición número 50.
La Navidad de los Niños, un desvelo permanente de Mendiondo, un evento que se hizo tradicional y que, a la vez de agasajar con un asado y golosinas, brindar un juguete a cada niño de los más carenciados de la zona, sirve para mostrar el verdadero sentido de la Navidad. Hoy hay testimonios vivos de hombres y mujeres ya adultos, padres de familia que proclaman “el primer juguete que recibí de regalo en la vida fue acá en la Parroquia”.
Y eso es un testimonio que es el mayor premio a una trayectoria La Parroquia siempre aportó a la Diócesis el talento de hombres y mujeres formados acá; la lista puede ser extensa pero el nombre de todos lo vamos a representar con uno solo Susana Maciel.
Hoy celebramos con sencillez y humildad, cincuenta años de vida de la comunidad, medio siglo de servicio y de amor.
Solo nos queda un recuerdo muy grande y agradecido a todos aquellos que desde el primer día fueron formando y edificando esta comunidad, y darle un gracias muy grande al Padre por la vida de la Parroquia pidiéndole fuerzas y que nos ayude a seguir en esa ruta, y que las generaciones que vengan sepan llevar adelante esta obra y hacerla cada vez más grande.
En otro orden, comunicamos que el próximo sábado 11 de marzo, a partir de las 21:00 horas, será el primer beneficio en apoyo a la gestión del equipo económico y que constará de aperitivo, vaquillona con cuero, ensaladas y postres. Ticket al costo de $ 300 ya disponibles.