Se crean los consejos agropecuarios departamentales

El Senador Gustavo Lapaz, del Partido Nacional, integrante de la comisión de ganadería, agricultura y pesca, fue partícipe activo en la redacción final del proyecto de ley relativo a la descentralización y coordinación de políticas agropecuarias que aprobó por unanimidad la Cámara Alta.
Lapaz desde su anterior cargo de Intendente reelecto de Soriano procuró la descongestión de actividades del gobierno nacional hacia los Municipios, combinando los esfuerzos, insistencia que ahora se ve compensada.
La base de este proyecto de Ley es desarrollar una institucionalidad comprometida con el desarrollo rural, propiciando un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, desarrollando una enérgica acción descentralizadora, tomando como centro cada uno de los departamentos.
Se procura habilitar la intervención de los ciudadanos, siendo este el principal instrumento para mejorar la eficacia del estado.
La estructura institucional uruguaya, formada por dos niveles territoriales (gobiernos: central y municipales), ha hecho predominar en su evolución histórica, un centralismo que ha condicionado el desarrollo de las instituciones locales.
Una fuerte interacción entre el gobierno central y los departamentales, promoverá una instancia orgánica adecuada para articular las políticas nacionales con las comarcales y la coordinación con la sociedad civil.
La estructura redundará en una actitud dinámica del MGAP, como agente facilitador de procesos que involucre a actores sociales e instituciones públicas y privadas.
De esta forma se instaura el Consejo Agropecuario como órgano rector de la descentralización, de acuerdo a las potestades que le concede la legislación vigente a los distintos organismos del quehacer agropecuario, así como de los recursos acuáticos.
Dentro del Consejo Agropecuario, se fundan tres miembros: el Consejo Agropecuario Nacional, los Consejo Agropecuarios Departamentales y las Mesas de Desarrollo Rural, quienes serán los encargados de conducir la articulación entre la institucionalidad y la sociedad.
LA IMPORTANCIA DE LAS INTENDENCIAS
El Senador Lapaz dijo que el proceso de desconcentración tiene en cuenta el valor que poseen los municipios como actores del desarrollo trascendiendo el enfoque tradicional de ser meros prestadores de servicios, cumpliendo un rol trascendente entre la comunidad y el gobierno nacional.
Esto implica la coordinación de toda la institucionalidad agropecuaria, en la cual el Estado debe tener la conducción estratégica del desarrollo, de modo de incluir las demandas sociales y la iniciativa de la familia civil.
La agricultura debe modernizarse, incorporando el conjunto de la sociedad rural, tener un enfoque de cadenas productivas y no de la inserción en los mercados a través de comodities.
La nueva producción es más compleja, solicita apoyos técnicos, participación en redes de comercio y servicios, desarrollo de las cadenas productivas y por eso requiere capacidad negociadora, emprendimientos asociativos y modernización de la gestión.
La competitividad en la agricultura depende de la eficiencia de cada una de las etapas: agrícola, comercial e industrial.
La complejidad creciente hace que los instrumentos deban integrarse, los programas tener una integración horizontal, los instrumentos del Estado también, de forma de promover la innovación y el desarrollo local.
Para ello es necesario desplegar programas y proyectos con intervención del sector privado para la integración de las cadenas productivas, la promoción de las exportaciones y la generación de nuevas tecnologías.
«Implica también atender los problemas de la pobreza y el manejo de los recursos naturales», concluyó.