Hermosa noche de homenaje a maestros jubilados
En el Teatro del Colegio Salesiano se desarrolló la primera parte del acto de homenaje a los cuarenta y cuatro maestros que se jubilaron este año, a nivel departamental.
La Inspectora Departamental, Maestra Edith Coitiño Boriani, saludó a los docentes que pasaron a situación de jubilados, y el maestro Valentín Leal, en nombre del grupo, hizo uso de la palabra.
Actuaron: el Coro de Cámara de la Intendencia Municipal y el grupo de danzas del Liceo Nº 1, quienes pusieron el toque artístico a una velada plena de emociones y reencuentros de quienes pasaron entre 35 y 40 años desarrollando actividades docentes.
Posteriormente se llevó una cena bailable en los salones del Hotel Uruguay Brasil, donde reinó la alegría y la camaradería, hasta altas horas de la madrugada.
En su discurso, el Mtro. Valentín Leal expresó que: “comencemos por agradecer sinceramente, en nombre de quienes hoy recibimos este homenaje, por el esfuerzo y el cariño que han volcado para organizar el mismo. Gracias, muchas gracias.
¿Recuerdan cuando a casi cuatro décadas atrás dejábamos el entonces Instituto Normal, y salíamos con el título de maestros de primer grado? Pletóricos de sueños, con mil quimeras para cumplir, plenos de sano entusiasmo juvenil, nos lanzamos a la noble tarea de enseñar, a la vez que fuimos aprendiendo a ser, realmente, maestros…
Y transcurrimos todos esos años en plenitud, dejando lo mejor de cada uno, aportando esfuerzo, ideas, inteligencia, dedicación, en aras de ideales que soñábamos para nuestros niños… para nuestras familias, para nuestra Patria…
La sucesión de inviernos nos fue regalando canas, los estíos nos cincelaron arrugas, cual condecoraciones ganadas en la diaria batalla del trabajo y del vivir…
Y en ese camino fuimos llevando a cuestas nuestras alforjas personales. Alforja con dos depósitos: uno para lo positivo, otro para lo negativo.
Allí fuimos depositando alegrías, satisfacciones, logros personales, éxitos de nuestras escuelas, las buenas y sanas amistades, los éxitos de nuestros niños…en fin, todo lo bueno, lo hermoso, lo lindo. Al lado, también fuimos colocando las tristezas, las angustias, los fracasos, el dolor de alguna mala jugada en la profesión, los agravios, las incomprensiones, las envidias.
Pero estoy seguro que, a la hora del balance, al volcar sus contenidos, hay mucho, pero mucho más logros y alegrías, que tristezas.
La tarea no fue fácil. Pero cada uno de nosotros, de acuerdo a la capacidad, al esfuerzo y la dedicación, dejamos nuestra huella en el camino recorrido… huella pequeña, quizá, ¡pero es nuestra huella!
Construida a partir de la idea madre, de que ‘se debe enseñar desde el respeto hacia los alumnos’, para dignificar la tarea docente en pos de la excelencia.
Todos hemos vivido la emoción de encontrarnos con ex alumnos. Algunos ya profesionales exitosos, otros trabajadores en diversas áreas (quizá sin el brillo de aquellos), pero, buenas personas, buena gente, hombres y mujeres que se desempeñan bajo códigos de respeto y dignidad, que son útiles a si mismos, a sus familias y a la sociedad.
Y créanme, ese es el mejor homenaje que podemos recibir: saber que ayudado a formar seres humanos dignos, profesionales, oficinistas, obreros dignos, en suma: ayudamos a formar buenas personas.
Una etapa ha culminado… una más, como tantas que hemos ido dejando atrás en el devenir de la vida.
Etapas alegres, tristes, anodinas, según el cristal con que las hayamos mirado y según cómo nos impactaron… Es que la vida misma está hecha de etapas.
Por eso, hoy decimos que hemos cerrado una etapa más. Especial, es cierto, ¡muy especial!, porque nos ha llevado media vida transitarla.
Esa extensión temporal hace que tenga ribetes singulares, y por ello mismo, adquiere un lugar relevante en la historia de cada uno de nosotros.
Relevante además, por la misión que abrazamos, por la importancia de nuestro trabajo, por los requerimientos que la sociedad y el sistema hacen sobre la actividad docente…Lo importante hoy, es saber que hemos cumplido, supimos cumplir, como nos impone el Himno Nacional.
No aceptemos que llamen ‘pasivos’. No estamos incapacitados, no estamos para mirar la banda pasar. Estamos merecidamente jubilados, porque hemos dejamos muchos años en las escuelas de la Patria, pero aún nos quedan fuerzas, ideas e inteligencia, y especialmente voluntad, para seguir aportando, desde nuestras experiencias, a la comunidad: ya sea en nuevos trabajos, ya sea en instituciones sociales o barriales…, según las preferencias de cada quien.
Estamos vivos, y como ayer, comenzando una nueva etapa, hagámosla tan fructífera y grata, como la que estamos cerrando…
Siempre mirando nuevos horizontes, intactos los sueños y las quimeras. Construyamos nuevas cosas, generemos la centralidad temática de esta nueva etapa, y comencemos a andarla…
Mientras tanto, a quienes nos sucedan en la noble tarea de la educación, levantemos una copa imaginaria para brindar porque ellos puedan superarnos, y con el eterno maestro de Rodóniano, digámosles: ‘Por quienes nos venzan con honor en vosotros’.
En lo personal y también en nombre Susana: Un fuerte, cariñoso abrazo a todos, y gracias, mil gracias, por el cariño y la amistad que hemos sentido de ustedes hacia nosotros, y tengan la `plena seguridad que es recíproca”, concluyó.