Si la Federación Uruguaya de Boxeo no quiere, la Intendencia seguirá organizando combates
El boxeo es un deporte de larga tradición que, a pesar de los beneficios que proporciona a mente y cuerpo a quien lo practica con tesón, se ha mantenido más que nada gracias al carácter lúdico que le otorgó el mundo grecorromano.
Mientras en otras disciplinas, englobadas dentro de lo que se denominan artes marciales, se ha creado un nexo entre la práctica de dichas artes y la consecución de un estado mental óptimo, en el boxeo se creó la opinión generalizada de que el boxeador era un mastuerzo sin cerebro, nada más alejado de la realidad; las veladas se convirtieron en un espectáculo pseudo-deportivo en el que el público podía dar rienda suelta a la rabia contenida durante sus rutinarias vidas pidiendo sangre a gritos desde la platea.
Lo peor es que se sigue manteniendo la leyenda negra del deporte del cuadrilátero gracias a los medios de comunicación, deseosos de dar una noticia relativa a un boxeador que mata a su mujer, un boxeador hundido en la miseria y las drogas, u otras desgracias del estilo. Sin embargo, no todo son malas noticias.
Si el boxeo saliera de la caverna en la que vive -permitidme usar la metáfora creada por Platón- y dejara de lado las sombras chinescas, meros espectros que no son nada en la luz del mundo real, que lo dominan, mostrándose como lo que es, como un estupendo deporte para la salud física y mental, un deporte del que sentirse orgulloso, un deporte para todos, un deporte libre de tópicos, entonces podríamos ver gente haciendo sombra en los parques, como podemos ver ahora muchas personas practicando Tai-Chi.
Está probado que la práctica del boxeo es sumamente beneficiosa para mejorar fuerza, resistencia, coordinación y condición aeróbica, así como un buen método para perder peso. ¿Qué más se puede pedir a un deporte?
Y nuestra ciudad, con la Escuela Municipal, es un ejemplo.
Hubo un acto que recordó a los boxeadores del pasado y donde el principal de la Escuela, Hugo de Almeida brindó detalles de la suspensión de la velada prevista para el pasado 27 de octubre señalando que se debió a una decisión de la Federación Uruguaya que no favorece la realización de espectáculos y, por el contrario, lo complica todo, pero, si la federación no quiere, será la Intendencia la que organice las actividades en el futuro cercano.
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