Sarandí presentó denuncia formal por hechos en el Estadio “João Martins”

Tal como se había anunciado oportunamente, la Comisión Directiva del Deportivo Social Sarandí Universitario presentó una denuncia formal, ante las autoridades del fútbol, en relación a los hechos que se generaron al término del encuentro jugado el pasado sábado en el Estadio “João Martins” de Livramento.
Recordemos que el trámite del partido, en los últimos minutos fue muy tenso y con alternativas cambiantes, Cuando restaban ocho minutos el equipo de Livramento vencía por cuatro goles a uno y parecía definitivo pero los verdiblancos, en notable reacción, en tres minutos lograron dos goles y quedaron cuatro a tres faltando cinco minutos de juego.
En ese momento más de un jugador local se tiró al piso, incluso llegaron a llamar una ambulancia para retirar a un jugador que se levantó y salió riéndose de la cancha.
Ese jugador estuvo más de cinco minutos en el suelo y luego hubo otro, como para parar el ímpetu de Sarandí.
Hasta ahí nada es ilegal porque los jugadores de la AABB hicieron lo que debían hacer para asegurar la victoria, y lo que haría cualquier equipo medianamente inteligente en los minutos finales.
El árbitro otorgó tres minutos de adición y al término del mismo, que tuvo otras paralizaciones, varios jugadores de Sarandí fueron a reclamarle precisamente el tiempo no adicionado.
Un reclamo casi normal que se ve en todas las canchas del mundo y en ningún momento hubo ni siquiera intento de agresión por parte de los jugadores de Sarandí.
Tanto es así que no hay denuncia alguna al respecto.
Sin embargo hubo uso desmedido de la fuerza por parte de un efectivo de la Brigada Militar que agredió, con su “cachiporra” golpeando el rostro de Douglas Caillava lo que provocó la reacción de sus compañeros.
No era necesario, no iba a pasar absolutamente nada y los árbitros lo sabían hasta por el hecho que otros jugadores de Sarandí corrieron hasta el lugar a separar a sus compañeros y se vieron envueltos en una situación que se debió haber evitado y precisamente por quienes tienen que cumplir la misión de prevenir, no de agredir.