Sarandí dominó y administró bien el partido para ganar con claridad
Mucho se hablaba del partido preliminar del domingo pero en realidad Nacional jugó como si aún tuviera chances de salvar su posición en el descenso.
Puso vergüenza deportiva, puso empeño y hasta la pierna fuerte, demasiado en el caso de Joao Cardozo que ya en el primer tiempo había acumulada dos tarjetas amarillas y dejaba a su equipo en inferioridad numérica.
Desde el punto de vista futbolístico, Sarandí fue más, evidente dominio desde el comienzo mismo del partido y con presencia ofensiva casi permanente.
Tanto que antes de los diez minutos había tenidos dos o tres oportunidades pero las había errado hasta que antes de los quince minutos llegaba la apertura por intermedio de Kevin Ramírez.
Sarandí siguió con el dominio territorial y los ataques de Nacional llegaban únicamente aprovechando errores en la defensa, especialmente en el sector izquierdo del ataque tricolor.
Pero llegó el segundo verdiblanco y nuevamente apareció el goleador Enzo Borges que ahora ya está emparentado con la red rival luego de una sequia importante.
Estuvo donde debe estar un goleador, aprovechando un rebote luego de un remate de Fabricio Ferreira que se le escapa a Lotito.
El descuento fue mediante la ejecución de un remate penal por parte de Washington Fagúndez pero antes de culminar la primera parte, Enzo Borges, con arco libre, anotaba el tercero.
Dominio total y plenamente justificado y por la diferencia que había buscado.
Algo cambió en el segundo tiempo y fue la buena disposición que tenía Sarandí hasta que el ingreso de valores jóvenes les devolvió el entusiasmo.
Un golazo de tiro libre de Leonardo Machado volvía a la diferencia mínima en el partido pero Sarandí supo administrar muy bien el partido, incluso con los cambios permitiendo el ingreso de gurises.
Esos gurises le devolvieron la alegría de jugar y los minutos finales fueron totalmente favorables al verdiblanco que, casi en la hora logra el cuarto para marcar la diferencia exacta en el partido.