Nuestra opinión: Bajar la pelota
Se acercan etapas de definición en el Campeonato Rivera de fútbol y el ambiente no es el mejor. Nadie tolera perder un partido sin responsabilizar a alguien.
O la responsabilidad de una derrota es de los dirigentes que marcan la fecha o del árbitro, pero nunca se reconocen errores propios.
Es necesario alinear varias partes del fútbol para poder llegar al término de la temporada sin lamentar situaciones que están a punto de concretarse. Hoy, esas partes están desconectadas.
Y los árbitros son los responsables directos de todo lo que pasa, al menos al criterio de los clubes, a través de técnicos, jugadores e hinchas.
La falta de un Colegio de Árbitros a lo largo de todo el año se hace sentir y no es un hecho que pueda pasar inadvertido, también hay que reconocer que los Instructores tampoco dan muestras de unidad.
Entonces los árbitros pasan a ser actores independientes, sin control alguno y sin que haya siquiera un seguimiento a cada una de sus actuaciones.
Hemos preparado a muchos nuevos árbitros, pero lo largamos a la cancha sin una preparación adecuada desde el punto de vista personal y, mucho menos, se le hace un seguimiento para hacerle ver los errores que tienen, que seguramente los tendrán al menos en sus primeras presencias en una cancha.
Todos sabemos muy bien que el arbitraje perfecto no existe, que un árbitro no tendrá jamás, un cien por ciento de aciertos en un partido, pero llega el momento de pensar si la responsabilidad no es también de los dirigentes y los clubes.
Se ha permitido que se llegue al final de la temporada sin un Colegio de Árbitros. Se ha llegado al final de la temporada con árbitros repartidos en dos o tres agremiaciones que terminan interactuando los unos con los otros, en los partidos del fin de semana.
Pero lo fundamental es que hay que estar en la cancha, analizar la labor arbitral, hacer una crítica y autocritica responsable todas las semanas y, guste o no, que actúen los mejores y los demás esperarán su momento.
Así como un equipo se prepara con un técnico que hace cambios y advierte los errores y los jugadores, cuando se equivocan, cumplen penas impuestas por el Tribunal, los árbitros deberían ser lo mismo. Pero nadie ha impuesto pena alguna y errores que lo ameriten, existieron.
El árbitro no actúa gratuitamente, recibe un pago por su gestión, entonces es el momento de exigir que haya una actuación acorde con lo que se le paga y que, si no cumple, que permanezca al margen porque el arbitraje no es una bolsa de trabajo donde todos deban actuar la misma cantidad de partidos como árbitros o asistentes.
Se vienen momentos de decisión y el horno no está para bollos. Los nervios están a flor de piel, pero es oportuno que cada cual asuma su cuota parte de responsabilidad.
La tienen los árbitros que a veces se equivocan y hasta pueden ser determinantes de un resultado, pero también la tienen los dirigentes de los clubes, los técnicos que muchas veces miran más el arbitraje que a sus propios jugadores, y también la tienen los hinchas y los propios jugadores porque es mucho más fácil ser responsables de triunfos, pero nunca reconocer los errores propios que lo llevan a una derrota.