Los chicos de la sub-14 volvieron con una victoria que alegra el clima interno

La selección celeste fue a Guichón y volvió con un interesante triunfo por dos goles a uno, y por varias razones.
Primero porque se tomó revancha de la victoria que había obtenido el equipo rojo en nuestro propio estadio. Segundo, porque se comenzó perdiendo y hubo pundonor para salir a buscar el partido dando vuelta el resultado.
Pero, además, porque entona, alegra el clima interno del grupo y porque marca un mojón que, bien utilizado, puede ser fundamental para una reacción, aunque no se llegue al objetivo de ir a la Copa de Oro.
Es que en realidad la participación en la serie que va por el título máximo es prácticamente imposible cuando faltan tan pocas fechas en esta rueda clasificatoria.
Sin embargo tener una buena participación en la Copa de Plata ya marca un hito importante para los objetivos trazados en el comienzo de este emprendimiento.
Rivera no comenzó bien el partido y a los pocos minutos ya estaba perdiendo. Tuvo fuerzas suficientes para salir a buscar el resultado que mejor le convenía y antes de la finalización de la primera parte ya había logrado el gol del empate por intermedio de Washington Lima, en el mejor momento de nuestro equipo celeste.
El segundo tiempo fue parejo, lo pudo haber ganado cualquiera y Guichón se fue desmembrando ante la posibilidad que Rivera lograra el segundo gol.
Los locales se quejan de la labor arbitral y no solamente por el penal que sancionó a favor de nuestro equipo sino por su pasividad. Y el penal lo convirtió en gol Ismael Saldivia.
Luego el árbitro dejó que sucedieran algunas jugadas violentas de un lado y del otro hasta que el penal sancionado a nuestro favor fue determinante para que los celestes volvieran con una interesante victoria.
Sobre el final del partido y ya cuando se jugaban minutos adicionados, hubo altercados varios entre jugadores de ambos equipos que el árbitro sanducero Miguel Mattiauda solucionó con un par de tarjetas rojas, una de cada lado y al director técnico de la selección local por recriminarle precisamente su pasividad ante los hechos que se fueron generando en la segunda parte.
Ahora a trabajar con más tranquilidad, con la alegría que deja una victoria y mucho más cuando se logra en terreno ajeno.