La seguridad privada ya recorre su experiencia: Comenzó el básquetbol pero se viene el fútbol
Mucho se ha comentado en relación a que la Policía no brindará más el Servicio 222 en los espectáculos futbolísticos del país.
La medida también abarca el básquetbol nacional y es precisamente allí que ha comenzado la experiencia.
El propio Ministerio del Interior está atento a los cambios dispuestos.
El sistema se puso en práctica desde el viernes pasado, en ocasión del complemento de la 24ª fecha, cuando la Policía no garantizó la cobertura de los cinco encuentros programados sino sólo de tres.
Entonces, tras sellar un acuerdo provisorio y a manera de prueba con una empresa privada, tres encuentros abrieron paso a la experiencia.
La empresa cuenta con el aval de Jefatura de Policía cumpliendo la normativa solicitada por RENAEMSE (Registro Nacional de Empresas Prestadoras de Servicios de Seguridad, Vigilancia y Afines) y con un personal de 120 funcionarios, los cuales ostentan entrenamiento militar y de combate cuerpo a cuerpo.
Los guardias privados cumplen funciones con éxito en el fútbol de formativas y previo al acuerdo se recogió el testimonio de aquellos jueces de basquetbol que también imparten justicia en nuestro principal deporte.
EXIGENCIAS DE LOS ÁRBITROS
El número de funcionarios para los partidos que implementen seguridad privada lo definirá el gerente general de la Liga Uruguaya, tal como sucede en la actualidad respecto a los efectivos policiales, previa comunicación con Jefatura de Montevideo. Quienes están abocados al servicio tienen el objetivo de brindar seguridad a todas las personas que se encuentren dentro de los gimnasios.
Los jueces han solicitado, como medida inicial, que cuatro guardias estén destinados exclusivamente a su ingreso, retiro y salida de los escenarios, algo que modifica al sistema anterior respecto a los efectivos policiales, ya que para la misma tarea se requerían tres.
Desde la UJOBB (Unión de Jueces Oficiales de Básquetbol) la incertidumbre pasa por cómo se adaptarán los guardias privados, con experiencia en el fútbol, a una realidad diferente que supone el basquetbol. Además, aún no existe un marco jurídico para actuar en el “deporte naranja”, algo que se implementará a la brevedad conforme a que se proyecta que en 2014 el servicio 222, que cubre habitualmente los partidos, sólo se utilizará para la custodia de bancos, transporte de valores y liceos, dando paso así a un considerable descenso de horas establecido en la ley de Presupuesto.
UNA EROGACIÓN SIMILAR
Para los clubes resulta bastante imprevisible el costo por concepto de efectivos policiales por partido oficial de la Liga Uruguaya. El gasto siempre corresponde al dueño de la recaudación, o sea, al conjunto local. Dependiendo el bajo, mediano o alto riesgo de los compromisos, los equipos anfitriones desembolsan, salvo casos excepcionales, entre $ 8.000 y $ 11.000 por partido, una cifra que no sufrirá demasiadas variaciones al contratarse seguridad privada.
Desde la mesa de la Liga Uruguaya de Básquetbol, presidida por Stagnari se les ha pedido a los equipos un mayor compromiso y colaboración con todo lo relacionado a la seguridad de los espectáculos y preocupa en grado superior a los neutrales los episodios de violencia que se han reiterado a las afueras de las canchas, muchas veces protagonizados por grupos de adolescentes identificados con equipos que siquiera juegan esa noche y que van a esperar a otros al ingreso o egreso de los escenarios con el único objetivo de venganza.