Fue un grato reencuentro entre la gente de las bochas de la frontera

Se disputaban entre equipos de los Juegos Verdiblancos y en una charla informal se comenzaba a generar el reencuentro de la gente de las bochas de la frontera.
Una pregunta del presidente de Sarandí Universitario a uno de los amantes del deporte de las lisas y rayadas y la ocasional presencia en el lugar de Holger Vildózola, hicieron posible que en pocas semanas se iniciara un torneo con la finalidad de darle vida a la cancha de Sarandí Universitario.
Una vida propia que la tuvo, como lo recordó el Vicepresidente Enrique Díaz, en oportunidad de llevar a un trío de la institución al sitial más elevado de un Campeonato Nacional.
Fueron dieciséis parejas las que intervinieron y La Picaña fue la que donó los trofeos, medallas y premios que hicieron posible la realización del evento.
Pero no todo se terminó con la entrega de los premios a los ganadores y punto final.
Por el contrario, lo más importante, por lo menos en este deporte, es la amistad, la unión de la familia y la posibilidad que el organizador no solo fuera el campeón sino que fuera el árbitro del primer partido donde participaba su padre de 83 años de edad.
El “Chito” Camps no podía faltar, estaba allí, en la cancha, entre los mejores y el día de la cena show, haciendo las veces de abuelo.
La amistad de los bochófilos es un valor muy elevado que deberían aprender a cultivar todos los protagonistas de otros deportes.
Lo vimos en la sede verdiblanca en el momento de la entrega de los premios y lejos de la posición que cada uno tuvo en el certamen, lo más importante fue el reencuentro de la familia de las bochas.
Reencuentro que no puede quedar limitado a este certamen y a esta fiesta, esto debe ser únicamente el puntapié inicial para que dentro de muy pocos días comience otro evento en otra cancha, a cargo de otros organizadores, y que Rivera pueda, a muy corto plazo, volver a tener una representación departamental en torneos nacionales o que se organicen eventos internacionales con la presencia de bochófilos de todo Río Grande del Sur en nuestra frontera como hace muy poco tiempo atrás.
El cimiento vuelve a estar, ahora hay que comenzar a edificar el futuro provisor de las bochas de la frontera.