Rivera, viernes 31 de enero de 2025

Exjugador de Deportivo Colina vive hoy en “el país más feliz del mundo”

Según se desprende del informe The World Happiness Report, “Finlandia vuelve a ocupar el primer lugar como el país más feliz del mundo, según los datos de la encuesta”.
La nota indica que este año el informe se enfrentó a un desafío al tratar de comprender qué efecto ha tenido la pandemia del coronavirus en el bienestar subjetivo y viceversa.
Según el profesor de la Universidad de Columbia Jeffrey Sachs, el informe mundial de la felicidad “recuerda que debemos aspirar al bienestar y no a la mera riqueza, que será fugaz si no hacemos un trabajo mucho mejor para abordar los desafíos del desarrollo sostenible”.
Los 10 primeros países del ‘rating’ también incluyen a Islandia, Dinamarca, Suiza, los Países Bajos, Suecia, Alemania, Noruega, Nueva Zelanda y Austria.
Entre los 50 países más felices figuran España (24), Uruguay (30), Chile (38), Brasil (41), México (46) y Argentina (47). Los países más infelices, según el informe, son Zimbabue (la última línea de la lista) y Tanzania.
El Informe The World Happiness Report, se elabora anualmente por la División de Desarrollo Sostenible de la ONU y evalúa 149 países de todo el mundo, teniendo en cuenta indicadores como la esperanza de vida, el apoyo social, la corrupción y otros.
Pero lo que nos ocupa aquí es que hay un jugador de fútbol uruguayo que estuvo en nuestro medio defendiendo la camiseta del Deportivo Colina en la Copa de Clubes Campeones que vive hoy en Finlandia, en medio de la nieve invernal que se está terminando por estos días para dar paso a la alegría primaveral.
Se trata de Ramiro Flores, que llegó a nuestro medio y que lo conocimos en una cena organizada por los hermanos Lemos en las inmediaciones del Armour.
Ramiro había jugado en Montevideo, en las divisiones inferiores de Defensor Sporting recorriendo todas las divisionales hasta llegar a Tercera y luego pasé a Nacional”.
Luego jugó en Cerrito y por situaciones de la vida misma dejó el fútbol. Recién a los 25 años volvió a la cancha: “Se acordaron de mis cualidades y volví al fútbol, fui a Huracán Buceo y como el equipo no salió apareció la oportunidad del Deportivo Colina y allí me fui, a Rivera”.
Recuerda que era la primera vez que jugaba como centrodelantero y tuvo la suerte de hacer varios goles, e importantes, como por ejemplo el logrado ante Estudiantes de Tacuarembó en el Parque “Alberto y Elías Bouchacourt” un día que llovía intensamente.
“Llegar al Deportivo Colina fue una experiencia hermosa en mi vida. Me recibieron muy bien, me hicieron sentir como en mi propia casa y eso lo llevo en el corazón”, contó.
Cuando se fue del Deportivo Colina volvió a Huracán Buceo y estaba practicando para el comienzo del Campeonato de la Divisional C, pero el equipo no volvió a salir y volvimos a quedar sin equipo.
Su novia era finlandesa, se casó, hizo las valijas y se fue a vivir allá. Hace casi dos años que vive por esas latitudes.
No olvida los momentos vividos en esta frontera y siempre está al tanto de las informaciones. Hay cinco horas de diferencia y Ramiro tiene un reloj con hora uruguaya para no perderse nada.
Escucha música de murgas, candombe y folklore de estas latitudes. Lee el diario y se entera de los resultados del Deportivo Colina, escucha los programas deportivos en especial los informativos deportivos porque en realidad, según lo expresa “me quedó un gratísimo recuerdo de toda la gente de Rivera y como me recibió allí”.
Hoy, en Finlandia juega al fútbol, pero amateur, “aquí se juega especialmente en verano porque en invierno es muy complicado con el asunto de la nieve, pero hay mucho fútbol siete bajo techo y fútbol cinco en gimnasios”.
Agrega: “Aquí hay siete Ligas y he jugado en la Liga Tercera y hasta en Segunda, pero lo hago un poco más atrás en la cancha, como volante central, pero en realidad juego para divertirme”.
Estuvo en tres equipos, pero reconoce que el idioma es muy complicado y hace que todo sea más difícil. Hoy estudia el idioma y trata de aprenderlo lo mejor posible porque incluso le complica para conseguir trabajo, aunque felizmente no le faltan posibilidades.
Incluso en el fútbol, en los equipos que ha jugado, ha recibido alguna retribución económica que le alcanza para vivir decorosamente.
No ve la hora de retornar a nuestro país, “llegar hasta Rivera y estrecharme en un abrazo con toda la gente buena del Colina”.

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