Cuando parecía que era imposible, del banco llegó la única solución

Fue un partido que en su primera parte fue anodino, casi intrascendente y sin posibilidad alguna de convertir ni para un lado ni para el otro.
El cero era muy grande y era exactamente lo que se veía en la cancha.
La única novedad trascendente de la primera etapa fue la lesión de Clodorenato Silva quien luego de ejecutar el primer saque de meta se lesionó y debió dejar su lugar a Gregory Rodríguez que justamente en esta fecha se incorporaba al arco tricolor.
Pero, sin duda alguna que en el segundo tiempo todo cambió porque ambos técnicos intentaron mejorar lo poco que habían visto en la primera parte.
Si bien es cierto el partido mejoró, fue más entretenido, más agradable para los pocos aficionados que se quedaron, ninguno merecía el gol.
Un gol, casi seguramente estaría significando los tres puntos en disputa porque tendría que haber un cambio muy grande para que se cambiara trámite del partido.
Pero a los 19 minutos sucede algo que marcó la diferencia en el partido.
Víctor Daniel Pereira llamó a dos jugadores, Mathias Francia y Julio César Conceição.
En ese momento pensamos que la única alternativa para que el goleador sea suplente de este equipo es porque no entrena con asiduidad y en relación a esos mecanismos internos solamente el técnico sabe que hacer.
Pero, goleador es goleador y, un minuto más tarde, exactamente a los veinte del complemento, la pelota estaba en el fondo de la red y el autor del gol había sido Julio César Conceição.
Justificaba su presencia, justificaba al técnico que no había errado en la sustitución y fueron tres puntos muy importantes para el tricolor militar, mucho más luego de la victoria de Huracán en el partido preliminar.