Con un penal a los 49’ del segundo tiempo Peñarol fue el campeón de la rueda clasificatoria
Alto voltaje adentro y afuera de la cancha con acciones realmente importantes y con emociones mucho más que fútbol.
Artigas fue un equipo mientras que el rival fue una suma de individualidades y por más que algunos reclamen, los jugadores aurinegros tienen más trayectoria y trascendencia en el fútbol que sus rivales, pero la diferencia estuvo en el juego de equipo, en la objetividad de mirar un partido con anterioridad a lo que sucediera.
Y Julio Ferreira lo hizo y en los primeros cuarenta y cinco minutos maniató al rival, le quitó revoluciones, dominó a cada uno de los jugadores que podían influir desde el punto de vista ofensivo y Peñarol se fue quedando sin ideas.
Galli y Ramos estuvieron bien controlados y no fueron dejados libres para poder accionar a sus compañeros, los demás son dependientes y no encontraron soluciones por sus propios medios.
Artigas reguló bien la primera parte y, en el momento exacto dio el zarpazo para llegar al ataque, ofender a fondo y encontrar un fuerte remate de Mateos Herrera, hubo rebote y quien no lo erró fue Hugo Gabriel Pérez, siempre oportuno para concretar.
De allí al final del primer tiempo, Artigas supo dominar el reloj y en alguna oportunidad hasta con la colaboración de algún mirasol que, sin darse cuenta, jugaba con el reloj dejando que corriera contra su propio equipo y a favor del rival, como la jugada provocada por Amaranto Abascal que terminó con la expulsión de Oscar Allo que estaba en el banco de suplentes sin que el árbitro adoptara decisión alguna sobre el accionar del jugador aurinegro, pero, en definitiva fueron minutos que favorecieron al tricolor en el final de la primera parte.
La segunda parte fue casi igual, Peñarol tenía la pelota pero el tricolor lo tenía dominado con sapiencia y entrega por parte de todos sus jugadores.
Los espacios comenzaron a aparecer porque Donato Lemos debió realizar cambios ofensivos buscando el empate que lo consagrara campeón de las ruedas clasificatorias.
Y Artigas tuvo chances, la más clara a los treinta minutos del complemento con Mateos Herrera ingresando al área con pelota dominada y rematando mal ante la salida de Juan Carlos de León.
Después ya no había tiempo para la táctica y ni siquiera para la técnica de algunos jugadores, era tiempo de vergüenza deportiva y entrega total de uno y otro lado.
La expulsión de Williams Brochi no le aportó ningún beneficio a Artigas porque había retrocedido demasiado en la cancha y apenas el contragolpe como argumento válido.
Ya en la hora de finalización había festejo de Artigas y realmente pocos podían presagiar el desenlace final porque a fútbol ya no inquietaba más.
Cuando se jugaba el cuarto minuto de adición un pelotazo largo y la pelota entre que se va afuera y que el árbitro sanciona tiro de meta a favor de Artigas y cuando todos presumíamos que se terminaba el encuentro, que era la última jugada antes que Artigas se consagrara campeón, llegó la indicación del Asistente que dio vuelta la posición del árbitro central y se sanciona penal a favor de Peñarol.
Bien ejecutado por André Silva, gol y a pesar que luego se jugaron cuatro minutos más, ya no había condiciones de anotar y fue Peñarol quien tuvo la última gran chance del partido para terminar ganando, no lo hizo pero con el empate se consagró campeón de las ruedas clasificatorias y es una gran ventaja que se lleva a la final del Campeonato Rivera.
A esa historia ya la conozco,y eso trae violencia…o no se acuerdan en 2008 como cocinaron a frontera llevando el partido hasta los 50 y algo de minutos…y contra ese mismo peñarol…NO QUIERO PENSAR QUEEE $$$$$$