Rivera, jueves 3 de octubre de 2024

Como suele suceder, los que se enojan son aquellos que no tienen canchas

Cuando se adoptan decisiones como la de ayer, cuando a media mañana se resolvió suspender el complemento de la octava fecha del Campeonato Rivera de Primera División, aparecen opiniones a favor y en contra.
Las redes sociales arden, los jugadores, técnicos, dirigentes y parciales aprovechan el espacio y escriben líneas y líneas. Pero es muy fácil determinar quiénes están de un lado y del otro.
Generalmente aquellos que tienen cancha tratan de cuidarla, porque saben muy bien que jugar una tarde como la de ayer, tanto en la cancha de Oriental como Peñarol, es destrozarla completamente y probablemente habría que cerrarla por un par de semanas para tratar de recuperarla en algo.
¿Alguien se ha puesto a pensar que hubiera pasado con la cancha del Parque “Pedro Maciel” si se hubiera jugado esta tarde de domingo?
Bien, seguramente hoy estaríamos frente a un campo dantesco, un verdadero lodazal y muy lejos de ser una cancha de fútbol, pero seguramente cerrada a la espera de la mejora del tiempo para poder rehabilitarla.
Y si destrozamos la cancha de Oriental con dos partidos, ¿no hubiera pasado exactamente lo mismo?
Claro, el que no tiene cancha, reclama, vocifera, quiere jugar de cualquier manera y esgrime todo tipo de argumentos.
Principalmente el económico, los gastos que aumentan, pero nunca piensan en los gastos que deben pagar tanto Oriental como Peñarol, que han sufrido en sus escenarios el 99% de los partidos jugados hasta ahora por el Campeonato Rivera.
Ayer, aunque no le guste a muchos, no había condiciones de jugar. Y es más, la lluvia y tormenta de la tarde terminaron por dar la razón a quienes adoptaron la decisión.

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