En un descuido imperdonable, Sarandí perdió, en la hora, ante un gran equipo

El encuentro entre Sarandí Universitario y Wanderers de Artigas comenzó a todo ritmo, con el equipo visitante jugando en terreno verdiblanco y sin permitirle salida.
Tanto es así que a los pocos minutos ya ganaban uno a cero y todo parecía muy difícil para el local.
Sin embargo, poco a poco Sarandí se fue adueñando del medio de la cancha. Bien parados, Marcio Camy y Marcos Boldrini se dividieron la tarea y accionaron muy bien a Cristian Márquez que estuvo en mayor contacto con Ricardo Acevedo y Braulio Cardozo.
Tanto es así que cuando llega el penal a favor de los verdiblancos, ya merecían haber logrado el gol.
Sarandí fue más hasta el final de los primeros cuarenta y cinco minutos pero la gran diferencia estaba en el banco.
El Wanderers de Artigas tenía una carta escondida que la mandó a la cancha cuando era el momento oportuno,
Sebastián Martínez le cambió la cara al equipo porque desde el comienzo mismo del complemento hubo un dominio total de Sarandí que tuvo varias chances de anotar y no pudo por algún error ofensivo y por méritos del golero rival.
La entrada del “Bolinha” cambió el partido, jugaron mejor Marcio Galli y Marcos Ramos, hubo movilidad en un equipo que estaba quieto en la cancha.
Hubo momento de gran presión y el gol del albinegro visitante ya se presagiaba.
El equipo de Enrique de Bellis se quedó en la cancha, pasó a ser extremadamente defensivo, conservando un empate que consideraban un justo premio a lo que había sucedido en el partido.
Jesús Sosa, de correcto arbitraje anunció claramente que otorgaba cuatro minutos de adición y precisamente en una de las últimas del partido, cuando todos pensaban en la división de puntos, llegó el gol de Miguel Paniagua, que también llegó desde el banco.
Un gol que puede parecer injusto porque consideramos que el empate estaba bien pero Sarandí erró en el comienzo del complemento cuando tuvo las mejores chances y lo pagó, muy caro, al final del partido.