Rivera, miércoles 30 de octubre de 2024

La celeste no puede despertar del letargo y perdió puntos ante el clásico rival del norte

Rivera jugó un mal partido en Artigas y la semana pasada fue decisiva para la búsqueda de cambios que determinaran una modificación en la postura de juego.
El técnico hizo tres modificaciones, para nosotros insuficientes en relación a lo que se había visto en el “Matías González”, pero además modificó el sistema táctico.
Abandonó su clásica idea de cuatro en el fondo, dos volantes defensivos, dos volantes de creación y dos delanteros netos por un claro y definido 4-3-3.
Pero la realidad en la cancha demostró, en primer término que solamente el cambio del golero dio resultados positivos.
Ni Braulio Cardozo ni Víctor Hugo Espinoza rindieron más de lo que lo habían hecho Héctor Gómez y Luis Dornel-Sergio Silveira, en Artigas.
Pero tampoco funcionó el sistema porque nunca estuvieron tres delanteros netos para complicarles la tarea a los defensores rivales.
En ese panorama se jugaron los primeros veinte minutos con apatía total que se puede justificar solamente por el lado de la visita pero nunca por parte de los nuestros que fallaron en todas sus líneas, aún en la zona media, donde en el debut, habían sostenido al equipo.
Llegó el penal, discutido, polémico pero, para nosotros inobjetable, el toque en la mano del defensa rojiblanco modifica la trayectoria del balón que iba a sus espaldas en dirección a un delantero celeste.
No lo vio el árbitro pero el Asistente, aún marcando muy mal, le dijo que había sido penal.
Gol de Camy y pensamos en la tranquilidad, en el dominio de las acciones, en la administración del resultado parcial por lo menos para llegar al vestuario con la ventaja que siempre permite corregir errores sin demasiadas presiones.
No fue así, seguimos fallando y la intervención de José Luis Díaz en algunas oportunidades fue la única salvación que tuvimos para que el empate no se hubiera concretado antes de los 43 minutos.
Nuevos errores defensivos, dos cabezazos de los delanteros de Tacuarembó dentro del área celeste y la pelota que termina en el fondo de la red.
Difícil para Rivera porque un gol a poco del final solamente entona a quien lo logra y hace caer los brazos de quien lo sufre.
Llega el complemento, un cambio de hombre y modificaciones sustanciales en el sistema.
Sale Gregory Núñez, ingresa Washington Domínguez pero, más que ello, Paolo Pérez se va del medio hacia arriba buscando el enlace por el sector izquierdo y comenzamos, peligrosamente, a perder la zona media del terreno donde a pesar del ímpetu y las ganas de Marcio Camy, se quedó solo, muy solo.
Luego dos cambios más que justifican que el técnico vio lo mismo que nosotros, que los cambios efectuados no le habían dado los resultados esperados, salen Cardozo y Espinoza e ingresan Cobas y Gómez.
Pocos minutos en la cancha, el cabezazo de Gómez termina en la red y los celestes nuevamente arriba en el marcador.
Nuevo momento de pensar en la tranquilidad, en dominar las acciones, en definitiva, de mandar en el partido.
Y nuevamente nos equivocamos, hubo nerviosismo, como si el estar ganando nos complicara y faltó serenidad para ir buscando la forma de “cerrar el partido”.
Tacuarembó volvió a adueñarse del mediocampo, lejos de cansarse con el correr de los minutos, se fue animando más y antes de llegar el tanto del nuevo empate ya era previsible que se podría concretar.
Un golazo, de lo mejor que hemos visto, sin duda alguna, por el dominio del balón, por la tranquilidad para accionar dentro del área rival, por la calidad del manejo de pelota en zona de definición y por la categoría de dejar la pelota lejos del alcance del golero celeste.
Gonzalo Álvez, el hijo del “Motivo”, dominó, pasó la pelota por encima de uno, del otro que lo vino a marcar y se quedó sólo frente al guardameta para definir con categoría y sin chance alguna para el indefenso golero celeste.
Después nada más, el desorden se apoderó de todos y Tacuarembó dominó hasta el final hasta con posibilidades de haberse retirado con una victoria que no hubiera llamado la atención a nadie.
Baja actuación celeste, no hubo resultados positivos en los cambios que intentó el técnico y muy poco tiempo para la reacción cuando se debe jugar ante un rival que nos goleó y que viene entonado por la diferencia que ha obtenido, favorecido por el empate de sus rivales directos.

LOS DETALLES
RIVERA 2 TACUAREMBÓ 2

Estadio “Atilio Paiva Olivera”. Hora de comienzo: 22:00. Público: 1.400 personas. Entradas vendidas: 1.171 Recaudación: $ 21.230. Jueces: Jesús Sosa, Julio dos Santos y Freddy Correa (terna de Melo).
RIVERA: José Luis Díaz, Álvaro Reyes, Jamilton Rosas, Sergio de los Santos, Anthony Paolo Pérez, Marcio André Camy, Gregory Piter Núñez, Cristian López, Víctor Hugo Espinoza, Carlos Alberto Núñez y Braulio Cardozo.
Cambios: Washington Domínguez por Gregory Núñez; Héctor Gómez por Víctor Hugo Espinoza y Cristian Cobas por Braulio Cardozo.
Goles: Marcio Camy de penal a los 23’ del primer tiempo y Héctor Gómez a los 15’ del segundo tiempo.
TACUAREMBÓ: Gonzalo Levrato, Edgardo Cuello, Sergio Di Castro, Juan Pablo Latour, Pablo Borgarelli, Hugo Echechuri, Robert Pereira, Renzo Pozzi, Gonzalo Álvez, Luis Rodríguez y Gonzalo Vargas.
Cambios: Miguel A. Martínez por Gonzalo Vargas; Oscar Martínez por Luis Rodríguez y Wilker dos Santos por Gonzalo Álvez.
Goles: Gonzalo Álvez en dos oportunidades, a los 43’ del primer tiempo y a los 22’ del segundo tiempo.
Observaciones: A los 45’ del segundo tiempo fue expulsado Sergio di Castro.

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